Ahogado de la Risa

Luego de largas discusiones, un tipo convenció a su madre para que aceptara su decisión de irse a vivir a un departamento con un amigo, en lugar de vivir solo, como lo había planeado originalmente.

Ante las sospechas que su madre tenía sobre su homosexualidad, éste le aseguró que el apartamento tendría dos recámaras y que su nuevo compañero era sólo un amigo.

Algunas semanas después, el joven invitó a su madre a cenar una noche a su nuevo departamento. Durante la cena, la madre no pudo dejar de reparar en la buena imagen de su amigo: muy guapo, muy bien vestido, de muy buenas maneras y sabía cocinar... cosas que la hacían sospechar aún más que, entre esos muchachos, había algo más que una amistad.

En el transcurso de la velada, mientras veía el modo en que los dos se comportaban, la madre se preguntó si estaban acostándose.

Pero, al parecer, el hijo leyó la mente de su madre...

- Mamá- le dijo- sé lo que estás pensando, pero te aseguro que Toño y yo sólo somos compañeros de departamento.

Aproximadamente una semana después, Toño le comentó a su compañero que desde el día en que su madre había ido a cenar, no encontraba el cucharón grande de plata para servir la sopa.

Dada la posición económica de su madre, el joven dudaba que ella se lo hubiese llevado, pero decidió mandarle un e-mail por si acaso.

- Querida Mamá- decía el correo electrónico- no estoy diciendo que tú tomaste el cucharón de plata para servir sopa, ni tampoco estoy diciendo que no lo tomaste, pero el hecho es que el cucharón ha desaparecido desde que tú viniste a cenar a casa...

Días después, el tipo...

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