Sergio Aguayo Quezada / Las Marchas del Silencio: Capitalinos

AutorSergio Aguayo Quezada

Hay similitudes y diferencias entre la marcha del silencio que se realizó el viernes 13 de septiembre de 1968 y la convocada para el próximo domingo 24. Establecerlas, dándoles un contexto histórico, ayuda a comprender una coyuntura particularmente complicada.

Estamos inmersos en el cuarto cambio de régimen desde que terminó la época colonial. La Independencia, la Reforma y la Revolución se caracterizaron por la violencia y porque su impulso salió de estados del interior. La Capital tuvo un papel más bien protocolario y su protagonismo fue ocasional. La transición que ahora vivimos ha sido pacífica y los capitalinos fueron sus iniciadores y quienes han marcado sus ritmos sin que por ello quiera minimizar el aporte dado por diversos Estados y regiones.

La zona metropolitana de la Ciudad de México es una urbe monstruosa que condensa todas las contradicciones que el País y el hemisferio tienen. En un territorio de 5 mil 294 kilómetros cuadrados se apretujan más de 3 millones de automóviles y 19 millones de personas -8 millones de las cuales viven en el Distrito Federal-. Hay de todo. Es grandiosa y plebeya, sofisticada y analfabeta, gris y policroma, insegura y solidaria, violenta y tierna, viciosa y virtuosa.

En la capital se han ido sucediendo las diferentes etapas de una transición democrática que se inició formalmente con el movimiento estudiantil de 1968, continuó con las protestas masivas contra el fraude que en 1988 puso a Carlos Salinas de Gortari en la Presidencia y desembocó en las movilizaciones de los años noventa a favor del voto libre y confiable. La sociedad mexicana es mayoritariamente conservadora pero su capital y buena parte de la zona metropolitana son gobernados y/o controlados por la izquierda social y/o por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), un buen número de cuyos líderes participaron en la marcha del silencio del 13 de septiembre de 1968.

Salieron a las cuatro de la tarde del Museo de Antropología, siguieron por el Paseo de la Reforma y cuando llegaron a Juárez dieron la vuelta para enfilarse al Zócalo en donde los líderes estudiantiles reiteraron el pliego petitorio de seis puntos. En Los días y los años Luis González de Alba describió aquel momento: "...a la hora señalada se inició la marcha en absoluto silencio. Apenas salidos del Bosque, a unas cuadras de iniciado el recorrido, las columnas empezaron a engrosarse. Todo el Paseo de la Reforma, banquetas, camellones, monumentos y hasta árboles, estaba...

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