Los agostos de Rosario

AutorMario Gutiérrez Vega

El octavo mes del año ha sido amanecer y crepúsculo para Rosario Robles. En el de 1977 vivió con rebeldía la lucha estudiantil y confrontó al gobierno de José López Portillo. En el de 2019 fue encarcelada y enfrenta un juicio por ejercicio indebido del servicio público.

"Alto a la represión", clamaba Rosario Robles Berlanga. Era agosto de 1977. El único interés de esta alumna de la Facultad de Economía de la UNAM pasaba por la defensa de la lucha sindical y la caída del rector Guillermo Soberón Acevedo, que había terminado por la fuerza una huelga iniciada el 20 de junio en la máxima casa de estudios.

Fue un agosto en el que Rosario Robles disfrutaba de libertad y desobediencia, distinto al agosto que vive hoy, presa desde el día 13 por el delito de ejercicio indebido del servicio público. Dos agostos que marcan un perfil que inició en organizaciones de extrema izquierda y terminó encabezando dos secretarías de Estado (Sedesol y Sedatu) dentro de un gobierno emanado del PRI, partido al que tanto criticó. Cuatro décadas de una trayectoria que privilegió los cargos públicos a las ideologías y que está marcada por una personalidad desafiante que ante los escándalos siempre tuvo una respuesta para su acusador.

La vida de Robles en agosto de 1977, con 21 años de edad, puede dibujarse a través de cuatro informes que elaboró la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la policía secreta y de espionaje político que operó durante 38 años en el país. Los documentos consignan su activismo y participación como integrante del Frente de Activistas de Economía en Lucha y de la Organización de Izquierda Revolucionaria, de línea populista maoísta.

La lucha estudiantil estaba en efervescencia. En los primeros meses de ese año, el surgimiento de un sindicato único en la UNAM (STUNAM) confrontó a las autoridades universitarias con los empleados administrativos y los profesores. La Rectoría de la UNAM se opuso a la fusión de las dos principales agrupaciones sindicales universitarias. La respuesta de los trabajadores y docentes fue iniciar una huelga el 20 de junio. Sin diálogo de por medio, el 7 de julio la policía ingresó con violencia a Ciudad Universitaria y rompió el paro que mantenían 19 mil trabajadores. En respuesta, los alumnos de los centros universitarios y de las facultades de la UNAM se movilizaron. Ahí estuvo Robles, que después de la acción policial comenzó a recorrer los salones de la Facultad de Economía para recabar firmas pidiendo la destitución...

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