Agenda Ciudadana/ El exterior, los principios y el cambio

AutorLorenzo Meyer

El problema de los principios

Nada justifica volver la vista hacia otro lado cuando se violan los derechos humanos en cualquier parte del mundo. La no intervención y la autodeterminación son excusa pobre para la indiferencia o la neutralidad ética. Cuando más allá de nuestras fronteras doblan a muerto las campanas por los abusos del poder contra el individuo inerme -el Gulag, Dachau, Tiananmen, Ruanda, Kosovo y tantos más-, ya sabemos que, en realidad, también doblan por nosotros. Sin embargo, hay que ser realistas; el caballero de La Mancha nunca triunfó en la lucha de todas las causas que hizo suyas creyéndolas justas.

Al inicio de un nuevo régimen es natural que todo se revise, incluidos los principios de política exterior. Y ésa pareciera ser la intención ahora. Se trata de una tarea necesaria pero que entraña riesgos.

La revisión de los arraigados principios de la política exterior mexicana implica hacer un diagnóstico a fondo de la naturaleza y dinámica del sistema internacional y de los objetivos nacionales: el interés mexicano en función de las posibilidades objetivas. Ese ejercicio de cálculo y que es mezcla de contexto, fines y medios, debe quedar enmarcado por principios rectores que, a su vez, están determinados por la naturaleza general del régimen político. Y es justamente el cambio sustantivo del sistema político que ha tenido lugar -la sustitución del autoritarismo por la democracia- lo que obliga a plantear cuáles líneas políticas de las que tradicionalmente México ha mantenido frente al exterior se deben sostener y cuáles modificar.

El 5 de enero, en Palacio Nacional, el Presidente Vicente Fox se dirigió a un centenar de embajadores y cónsules generales de México, y ahí reafirmó lo que se esperaba: el principio rector de su política internacional será la defensa a "ultranza" de la soberanía. Sin embargo, un día antes, el Secretario de Relaciones había dicho a la misma audiencia que el nuevo gobierno se proponía hacer de la política exterior una palanca para la promoción y apuntalamiento del desarrollo social y económico del país y jugar un papel "activo" en la conformación del sistema internacional, aunque calculando costos y beneficios. Esa declaración fue hecha en un contexto ya sobredeterminado por la pequeña tormenta desatada por una declaración anterior y según la cual México estaba dispuesto a considerar un cambio sustantivo respecto de una política seguida en el pasado. En efecto, el encargado de la política internacional había dicho que México podría participar en operaciones de mantenimiento y...

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