Agenda desde el Cono Sur

José ValesBUENOS AIRES, Argentina, agosto 20 (EL UNIVERSAL).- Ahora que el genio incomparable de Julian Assange, para saber cómo ser siempre un objeto noticioso, parece haber ayudado a resignificar a Sudamérica por su rol en tiempos de globalización, seria prudente detenerse un segundo en Sudáfrica para ver por qué los históricos esfuerzos contra el "Apartheid" no siempre alcanzan.La matanza a mansalva de 34 mineros por parte de la policía, en Marikana, a escasos 100 kilómetros de Johannesburgo, pone de manifiesto lo que cualquiera puede sentir al pasar unos cuantos días por las calles de esta ciudad o de Soweto, el bastión del Congreso Nacional Africano (CNA el partido del gobierno). La tensión, racial o de clase (que en la coyuntura sudafricana puede ser más grave aún), sigue latente.Desde los cercos electrificados de las casas a las relaciones que establecen distintos miembros de la sociedad queda más que evidente que los esfuerzos de Nelson Mandela, el nonagenario líder, no fueron suficientes. Que la violencia y el odio no quedaron encerrados, en el soberbio museo del Apartheid en Johannesburgo, sino en el inconsciente social de un país donde la minería a cielo abierto nunca dejó de ganar terreno, como parece ocurrir en Sudamérica.No sólo las 34 vidas segadas ni la sangrienta historia de Sudáfrica, sino también la lesión de humanidad y pacifismo de Mandela, es la que nos sirve para ver a la Sudamérica de los últimos tiempos y por qué no, de los últimos días.Rafael Correa, el cada vez más afianzado presidente ecuatoriano, tomó la soberana decisión en nombre de su país, de otorgarle asilo político a Assange, cara visible de WikiLeaks, para disparar una crisis diplomática Norte Sur. La primera de considerable magnitud, tal vez desde 1982, después del conflicto del Atlántico Sur. Enseguida encontró el apoyo de los países de Unasur y Ecuador, ganó de inmediato espacio en los medios de todo el mundo por el caso.Seguramente Correa no tendrá inconvenientes en ser reelecto en los comicios del año próximo, por lo que "el dossier Assange", de no encontrar una mediación que lo destrabe, todavía estará sobre su escritorio dándole ciertos beneficios políticos.Lo que cabe preguntarse es el por qué existen dos personas en Correa. El que busca posicionarse internacionalmente como un defensor de las libertades individuales, en este caso del platinado as mediático y el que demuestra ser más rápido que el atleta jamaiquino Olivier Bolt a la hora de...

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