AGENDA CIUDADANA / ¿Quién le teme al 2018?

AutorLorenzo Meyer

Una encuesta nacional levantada a inicios de julio ofrece, entre sus resultados, este: al preguntar al encuestado por cuál partido nunca votaría en la elección presidencial del año próximo, el 49.2% seleccionó al PRI y el 11.8% a Morena. Al hacer la pregunta en sentido positivo, por cuál sí votaría, Morena quedó en un primer lugar, aunque con el 18.1%, pero el PRI apareció con sólo 8.6% y sus aliados de siempre -PVEM, NA y PES- apenas le aportarían el 0.9%. Sin embargo, PAN y PRD -la oposición "leal" al gobierno y enemigos jurados de Morena y de su líder, Andrés Manuel López Obrador (AMLO)-, sumados alcanzan el 23.1% (El Universal, 17 de julio).

Las encuestas, que últimamente han fallado mucho, son apenas un reflejo más o menos distorsionado del estado de ánimo colectivo. Y ese estado anímico puede cambiar antes de que México se encuentre con las urnas en 2018. Como sea, Morena va en ascenso y hay elementos para suponer que ese hecho debe preocupar a la derecha, pero sobre todo a quienes controlan el entramado institucional.

Los datos de la encuesta sugieren que lo ideal para quienes van a tratar que 2018 no sea un parteaguas histórico y que las elecciones concluyan en algún tipo de "gatopardismo" -cambios en la superficie pero no en el fondo-, sería construir un gran frente PRI-PAN-PRD que enfrente a Morena. Teóricamente y según los datos, ese frente podría obtener el 31.7% del voto más lo que le añadieran sus rémoras -los partidos chicos que irían con la coalición-, y así, con la mano en la cintura, podría aplastar a la única oposición real.

Pero como la unión de aguas y aceites de una supuesta izquierda con derechas certificadas -PRD-PRI-PAN- no pareciera ser presentable en la disputa presidencial, el bloque sólo lo pueden formar PAN y PRD. Por eso el antimorenismo va a quedar dividido en dos: PRI y rémoras por un lado y PAN-PRD por el otro. En ese caso, el PRI va a empeñarse en una defensa numantina. Y defenderá no tanto su futuro sino lo acumulado en el pasado por sus élites. El miedo será el motor de su estrategia.

Urbi et orbi PRI, PAN y PRD y sus aliados anuncian ya que Morena puede ser el advenimiento ya no del comunismo sino del "populismo". Y en este contexto, para el antimorenismo, el populismo será presentado como un "mesianismo tropical" que si bien no es un asalto frontal contra el sistema de propiedad, sí es lo más cercano: un autoritarismo caudillista con aumentos impositivos, gasto público demagógico, peligro para la...

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