AGENDA CIUDADANA / El petróleo y la movilización social

AutorLorenzo Meyer

En memoria de Salvador Allende y de todos aquellos chilenos sacrificados por el autoritarismo.

·UN NO ACTOR POLÍTICO

Las manifestaciones que encabezaron en días pasados Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador respectivamente en la Ciudad de México subrayan el potencial de un actor político que ha aparecido muy poco en la formulación de la política petrolera en nuestro país: el ciudadano.

Si tomamos como punto de partida de nuestra política petrolera el Código de Minería de 1884 y la legislación de 1901 y 1909, es claro que el trasladar la propiedad del petróleo de la nación a los particulares fue obra de la cúpula porfirista y de un puñado de inversores. La sociedad mexicana nada tuvo que ver en eso.

En 1910 estalló la Revolución Mexicana y la naturaleza de la política petrolera dio un giro de 180 grados. Sin embargo, en un punto se asemejó a la anterior: cuando el constituyente de 1916 formuló el capítulo petrolero -párrafo IV del artículo 27- y se declaró nula la legislación que había servido de base a un enclave industrial extranjero dedicado a exportar el combustible mexicano y a regatear al máximo el pago de impuestos, no hubo discusión previa. El constituyente de Querétaro debatió con pasión temas como la educación, la iglesia, la propiedad de la tierra o los derechos laborales, pero no el relacionado con la decisión de nacionalizar el petróleo y la posibilidad de cancelar los acuerdos suscritos entre el viejo régimen y los petroleros.

La decisión de Venustiano Carranza de poner de inmediato en vigor lo dispuesto en la nueva Constitución -el retorno de la propiedad de los hidrocarburos a la nación- mediante decretos se topó con el muro de los intereses creados: las empresas petroleras extranjeras y sus gobiernos. El ímpetu nacionalista de

Carranza debió ceder ante la resistencia de esos intereses a cualquier modificación de lo suscrito entre ellos y el viejo régimen y a las amenazas norteamericanas si se le forzaba a cumplir con las nuevas disposiciones. Al inicio de 1920 Carranza tuvo que posponer indefinidamente la reforma petrolera con la excusa de que había que esperar a que el Legislativo formulara su reglamento. En todo este episodio -uno donde la Revolución encontró los límites a su empeño transformador- el motor fue la voluntad presidencial; en ningún momento el Presidente intentó movilizar a la sociedad mexicana.

El grupo de Sonora encabezado por Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles volvió a chocar con los...

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