AGENDA CIUDADANA / De paraísos, serpientes y justicia poética

AutorLorenzo Meyer

TRES PUNTOS DE PARTIDA

El concepto religioso de paraíso se refiere a un sitio de felicidad y encanto eternos pero en otro mundo. Para los cristianos en la tierra hubo un paraíso pero el pecado lo hizo desaparecer. Las utopías son una especie inferior de paraíso y tampoco son reales. Finalmente, en un sentido mucho más restringido, se suele llamar paraíso a algún lugar mucho mejor del que nos encontramos. Para los habitantes del ancho mundo periférico, los países escandinavos -Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca- son lo más cercano a paraísos del aquí y ahora. Se trata de sociedades materialmente ricas, enmarcadas por un Estado de bienestar que funciona, donde las diferencias de clase son menores que en el resto del mundo y su idea de la solidaridad social sí tiene contenido. Por otro lado, el enemigo externo de esos países está desactivado, su seguridad interna es notable -en 2012, en Suecia, hubo en promedio un homicidio por cada 100 mil habitantes y en México 23.7- y la corrupción está bajo control. El clima pudiera ser lo único no paradisiaco en esa parte del mundo.

El segundo punto de partida es la serpiente. El concepto cristiano del paraíso original incluye al mal; un mal que tuvo la capacidad de destruir un arreglo de felicidad terrenal supuestamente eterno. Finalmente, el tercer elemento es que la exploración de la naturaleza del fenómeno social no es prerrogativa de las ciencias sociales. También lo puede hacer el arte, en particular la literatura. Y hay un tipo de literatura -la "novela negra"- que muchos pudieran no considerar una buena vía para el conocimiento de lo social pero que, en ciertas coyunturas, puede ser tan buena o mejor que la sociología, la antropología o la historia para explorar y entender fenómenos de violencia y corrupción. Y es que el novelista puede echar mano de todos los hallazgos de las ciencias sociales pero, a la vez, estar menos atado por las reglas del "método científico" para llegar a su objetivo. Sus conclusiones no son verdaderas en sentido estricto pero pueden llevar a explicaciones de fondo e incluso sugerir caminos de investigación a la ciencia de lo social.

EJEMPLOS

Hay dos escritores suecos -ciudadanos de uno de esos cuasi paraísos- muy exitosos en el género de la novela negra y accesibles a los lectores en español. Uno es Stieg Larsson, periodista y reportero de guerra -estuvo en África-, militante de izquierda y que falleció en 2004, a los 50 años, antes de ver publicada como éxito...

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