AGENDA CIUDADANA / La oposición 'incorrecta'

AutorLorenzo Meyer

UNA TEORÍA ANARQUISTA

En términos prácticos, la historia de acciones individuales o colectivas que terminan por producir consecuencias sociales no buscadas ni sospechadas es inabarcable. Ejemplos cercanos a nosotros hay muchos. Ni Miguel Hidalgo ni Francisco I. Madero se propusieron estallar las terribles guerras civiles que, con la diferencia de un siglo, ambos desataron, que cobraron la vida de ellos y miles más y tuvieron resultados muy complejos y contradictorios.

Sobre este tema de las consecuencias no previstas o buscadas de ciertas acciones sociales, uno de los politólogos norteamericanos más imaginativos e identificado con la izquierda, James C. Scott -el motor intelectual de los estudios sobre la resistencia de los subordinados-, ha formulado una serie de reflexiones teóricas que bien podrían ser objeto de elaboración y ofrecer explicaciones de gran envergadura.

Las ideas de Scott están presentadas en media docena de ensayos en Two cheers for anarchism (Princeton University, 2012), y que es una celebración del espíritu y de (algunos de) los efectos de la esencia del anarquismo. El subtítulo de la obra es festivo y puede ser engañoso en relación con su profundidad: Seis ensayos desenfadados sobre autonomía, dignidad y el sentido del trabajo y el juego. Sin embargo, vale asegurar al posible lector que los ensayos no son más que la quintaesencia de las diversas investigaciones de Scott sobre la naturaleza del poder y su dialéctica con las clases dominadas.

DESORDEN POSITIVO

Scott es un académico animado por un espíritu anarquista pero que parte del supuesto de que el Estado no va a desaparecer -en ese sentido es un anarquista pesimista. Sin embargo, en los últimos 200 años de su larga historia -el Estado lleva ya unos 5 mil años entre nosotros- se ha abierto la posibilidad de que en ciertas circunstancias ese ente pueda operar al servicio de la libertad -entendida esta en su sentido profundo-, aunque sólo de manera ocasional. La introducción y el primer ensayo del libro -"Los usos del desorden y del 'carisma'"- pueden ser particularmente útiles para interpretar algunos acontecimientos recientes de nuestra propia vida política.

Scott no considera que la democracia política contemporánea sea realmente significativa en términos de libertad, excepto si va acompañada de la equidad. Desde su perspectiva, las grandes disparidades de riqueza material que hoy caracterizan al capitalismo global hacen de la libertad política una farsa, un...

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