Agenda Ciudadana / La democracia y sus enemigos... en México

AutorLorenzo Meyer

La base social de la democracia mexicana

La democracia en México tiene posibilidades de consolidarse y aun de recuperar parte del tiempo histórico perdido -los primeros pasos en esa dirección empezaron a darse con la Constitución de Cádiz de 1812-, pero a condición de que todos los actores efectivamente se rijan por estas reglas del juego, cosa que ya no es clara.

A pesar del enorme obstáculo cultural que significa el peso de una tradición autoritaria de siglos, hoy la base social más favorable a un desarrollo político democrático pareciera residir más en las masas que en las élites. Si la democracia mexicana tiene enemigos, resulta que éstos se encuentran más activos en ciertos "círculos ilustrados" del país que en las mayorías depauperadas, es decir, más en algunos sectores de la clase política así como de las clases media y alta de derecha, que entre la izquierda.

Veamos un indicador de la actitud con respecto a la idea democrática dentro de una muestra representativa de los ciudadanos mexicanos. De acuerdo con las mediciones de Latinobarómetro de octubre del 2005, el 53 por ciento de los ciudadanos del subcontinente latinoamericano apoyan la idea de la democracia como el sistema de reglas políticas más apropiado para sus respectivas sociedades. Sobresale el que en México el porcentaje es un poco mayor: 59 por ciento. Sólo los habitantes de Costa Rica, Uruguay, Argentina y República Dominicana manifestaron un mayor apego que nosotros por este arreglo político.

Y esta actitud positiva de la mayoría hacia el nuevo sistema de poder es aún más sorprendente y digna de aprecio porque, para el grueso de ellos, esta experiencia se da en un entorno donde las instituciones políticas y jurídicas funcionan mal (véanse las mediciones sobre la baja confianza en el Poder Legislativo o los partidos que arrojan las últimas encuestas hechas por Consulta Mitofsky), pero, sobre todo, porque en los únicos cinco años de vida pública democrática el contexto económico ha sido muy desfavorable para la mayoría de la población. En efecto, casi la mitad de los mexicanos (el 47 por ciento) ha sido clasificada como afectada por algún tipo de pobreza -alimentaria, de capacidades o patrimonial- y el crecimiento del producto per cápita entre 2001 y 2005 ha sido de apenas un miserable 0.62 por ciento.

En síntesis, aunque para el grueso de los mexicanos los beneficios tangibles del cambio de régimen ocurrido hace casi seis años han sido pocos, si es que alguno, aún así...

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