Afinan su homenaje

AutorJessica Castañeda

En la búsqueda de un eco para su vocación musical, José Luis Wario Díaz dejó su natal Lagos de Moreno, y se dejó venir hasta Monterrey en septiembre de 1957.

Aunque su padre, Esteban, no se la jugaba con su carrera musical y le insistía en sus cartas que aprovechara las empresas en la Sultana del Norte para buscar un lugar en alguna, Wario se entregó a su vocación.

Hasta hoy, las dudas de su padre sobre el futuro de su hijo han logrado ser contradichas por los resultados que ha conseguido y que lo llevaron a ser homenajeado la noche del jueves en el ciclo "Diálogos en la Casa", organizado por la Casa de la Cultura de Nuevo León.

Discreto y sin pretensiones, el también cantante y compositor repasó su trabajo y algunas anécdotas de su vida musical en compañía de sus amigos el director de coros, Patricio Gómez Junco; el pedagogo, Guillermo Guajardo; y el promotor cultural, Rafael Domínguez.

"Quiero mucho a Monterrey, me ha dado mucho Monterrey y me ha dado mucho la música, más de lo que yo esperaba", reconoció satisfecho y haciendo poco alarde de sus logros en el terreno musical, entre los que está el primer lugar del concurso convocado por la Facultad de Música y la Orquesta Sinfónica de la UANL, en 1993.

Fue Gómez Junco quien se encargó de recordarle el reconocimiento que le hicieron en la Parroquia del Rosario por haber colaborado con el coro. Al final una ovación de varios minutos le confirmó al maestro Wario Díaz que el trabajo había valido la pena.

"En esa ocasión dije que de no haberme encontrado...

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