Se aferran a asilo, pese a carencias

AutorREFORMA / Staff

REYNOSA.- Las posibilidades de conseguir asilo de Estados Unidos mientras esperan varados desde hace meses en sur del Río Bravo parecen mínimas, aunque hay quienes lo ven como una especie de premio de consolación.

Piensan que es mejor estar en esta zona controlada por el crimen organizado con un trámite de asilo en marcha -el programa conocido como "Quédate en México" o MPP, según las siglas en inglés de su nombre oficial- que ser devuelto o esperar con el mismo miedo, pero sin un papel en las manos.

"No hay otra manera de cruzar legalmente, por eso creo que va a ser bueno", dice a la agencia AP Alexander Sánchez, un venezolano que lleva nueve meses en un albergue de Reynosa, en el extremo este de la frontera entre México y Estados Unidos, con su esposa y su hija de 5 años.

Sánchez confía en poder acogerse pronto a este plan, paralizado por el Presidente Joe Biden al llegar al poder en enero de 2021 y luego forzado a reinstalarlo por una orden judicial.

La versión renovada del programa comenzó a reinstalarse a principios de diciembre y su expansión esta semana a la frontera entre Tamaulipas (donde está Reynosa) y Texas ha pasado casi desapercibida pese a sus connotaciones: ese estado mexicano es el mayor corredor de tráfico de migrantes y fue en Texas donde un juez nombrado por Trump ordenó a Biden reinstaurar el plan, señala la agencia AP.

Pero el alcance ha sido mínimo, refiere. Hasta el pasado miércoles, sólo 381 solicitantes de asilo habían sido devueltos a México por este plan, según datos la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la agencia de la ONU que se encarga de recibirlos.

En comparación, indica, decenas de miles que cruzan ilegalmente siguen siendo expulsados a México de forma automática cada mes sin poder pedir asilo debido a una medida de salud pública (el llamado Título 42) que Trump puso en marcha al inicio de la pandemia con el argumento de reducir los contagios y que Biden mantuvo sin cambios. Sólo en diciembre hubo casi 80 mil deportaciones de este tipo.

Walter Alexis Beltrán, un optometrista salvadoreño, fue uno de los devueltos bajo el Título 42 hace cuatro meses. Desde entonces vive con su esposa y su hija de 4 años entre los más de 2 mil migrantes que se hacinan entre carpas y plásticos entrelazados en un campamento de la plaza de Reynosa.

Beltrán pagó 4 mil 500 dólares a los traficantes sólo por cruzar el Río Bravo y entregarse a las autoridades estadounidenses. Unas horas después, él y su familia...

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