Afecta proyecto a pastores

AutorHugo Corzo

Enviado

TLAXCOAPAN.- A los ejidos del polígono F1, que ofrece 700 hectáreas para la instalación de la nueva refinería de Pemex, llegan todos los días varios campesinos que, sin ser los propietarios de las tierras, viven de la actividad productiva de este campo que pronto podría desaparecer.

Temen que se agote su única actividad económica, prácticamente de supervivencia y autoconsumo, pues no están incluidos en ninguno de los programas de amortiguamiento del impacto social y económico por la transformación de los ejidos en una superficie para una planta de refinación.

Ellos son pastores y pepenadores de hortalizas y milpas, quienes gracias a la solidaridad de los ejidatarios de Tula, Atitalaquia, Tlaxcoapan y Doxhey, se sirven de los productos del campo.

Desde muy temprano, antes de las 8:00 de la mañana, habitantes de los pueblos Dendho, Doxhey y sus alrededores sacan a pastar ganado bovino y vacuno, propio y prestado.

Han logrado hacerse de algunos chivos, borregos y uno que otro becerro o vacas, gracias a que los ejidatarios de esta región los dejan usar los caminos interparcelarios y los canales de riego, para que ahí coman los animales-.

Amalia Hernández Benítez es una de ellos. Todos los días lleva a pastar a sus borregos a una extensión verde cerca de uno de los caminos interparcelarios del ejido de Doxhey.

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