Afecta abandono a mercado del DF

AutorAlberto Acosta

Es considerado el prototipo de los mercados populares de la Ciudad, fue abierto al público en 1933, y sus instalaciones albergan murales de discípulos de Diego Rivera como Pablo O'Higgins y Antonio Pujol, pero el Abelardo L. Rodríguez ahora está deteriorado y copado por vendedores ambulantes.

Además de los estragos del tiempo y la humedad, los murales del tradicional mercado ubicado en el cuadrante que conforman las calles República de Colombia, Del Carmen, República de Venezuela y Rodríguez Puebla, han tenido que enfrentar las pintas callejeras.

Lo mismo rayones con plumón que grietas y trozos sin pintura rompen el discurso en dichos obras, que muestran la lucha obrera, la reivindicación campesina y la cosmogonía indígena, temas que inquietaban a los artistas de aquella época.

De los 10 murales que tiene el inmueble en sus entradas, pasillos e interiores, y que al momento de ser pintados fueron supervisados por el propio Rivera, sólo dos están en buen estado, gracias a que no son tan accesibles a los transeúntes, explicó el cronista Alfonso Hernández.

"Sólo los murales que están en la entrada principal (Del Carmen y Rodríguez Puebla), que fueron pintados por Pablo O'Higgins, son los que están en buen estado. Todos los que están en el resto de las entradas del mercado están muy descuidados y deteriorados.

"Y están más cuidados porque están muy altos, en el techo y en muros muy altos; los demás están casi al alcance de la mano de los usuarios del mercado, lo cual los hace vulnerables al graffiteo", manifestó Hernández.

El Abelardo, como comúnmente se le conoce, fue el segundo mercado construido en la capital -el primero es el 2 de Abril, ubicado atrás del Teatro Blanquita, que data de 1912-, pero es considerado el pionero de este tipo de establecimientos, por sus dimensiones y los servicios adicionales que ofrece.

Construido en un espacio del ex Claustro del Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, dicho inmueble fue equipado desde el inicio con un centro cívico, guardería, biblioteca y el Teatro del Pueblo, y después un Centro de Integración Juvenil.

Algunos de esos servicios fueron adoptados por otros mercados construidos más de 20 años después, como los de la Lagunilla, Tepito y La Merced.

Al igual que éstos, el Abelardo está copado por el comercio ambulante de la zona, y más...

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