Advierten que muro elevará criminalidad
| Autor | Silvia Garduño |
MÉXICO.- En 1993, el Gobierno de Estados Unidos inició la construcción del muro fronterizo entre Tijuana y San Diego, sólo siete años después de que 3 millones de extranjeros indocumentados en ese país se regularizaran como consecuencia de la Ley de Reforma y Control de la Inmigración (IRCA, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, el muro no logró contener la migración indocumentada en esa zona, pues sólo se recorrió gradualmente hacia el este, primero a Tecate, Mexicali, San Luis Río Colorado y, finalmente, hacia Altar, Sonora.
Así, entre 1990 y 2000, los flujos migratorios hacia Estados Unidos registraron su crecimiento más importante: un total de 3 millones de mexicanos, de acuerdo con el Pew Hispanic Center.
Esta experiencia demuestra, de acuerdo con especialistas, que el incremento de la seguridad fronteriza no frenará el fenómeno migratorio, provocará un incremento en los costos de cruce y, por tanto, el fomento de la actividad criminal.
Estudiosos del tema migratorio advierten que entre mayores sean las dificultades para cruzar la frontera, mexicanos y centroamericanos se verán más obligados a recurrir a las bandas del crimen organizado para garantizar su entrada a los Estados Unidos, y por tanto, pagarán tarifas cada vez mayores.
"Ya sabemos qué es lo que puede pasar en la frontera: va a haber más migrantes muertos, va a ser más caro cruzar porque es más difícil. Es una lógica de mercado. Y como va a ser más caro, le va a interesar más al crimen organizado. El crimen organizado no estaba vinculado a la migración, entró por la rigidez de la frontera y la omisión mexicana. No se dan cuenta que una frontera rígida está creando un negocio para el crimen organizado", aseguró Jorge Santibáñez, ex director de El Colegio de la Frontera Norte (Colef).
En este sentido, la Encuesta de Migración en la Frontera Norte indica que los migrantes cruzan, en su mayoría, por la inhóspita región desértica que comparten Sonora y Arizona, donde, además de exponerse a un clima extremo, sufren abuso, tráfico, extorsión y secuestro.
Hasta antes de que se instalara el muro en Tijuana, morían alrededor de 30 migrantes intentando cruzar, la mayoría atropellados. El número se elevó a entre 300 y 500 migrantes por año con el desplazamiento de los flujos por el desierto de Arizona.
De acuerdo con el National Foundation for American Policy, en los últimos 15 años un total de 5 mil 595 migrantes han perdido la vida en la frontera entre México y los Estados Unidos.
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