Adriana Borjas Benavente / El Guerrero del sol azteca

AutorAdriana Borjas Benavente

La conquista del gobierno de Guerrero por el PRD es resultado de la arraigada presencia y del trabajo organizativo partidista durante más de 15 años, así como de una estrategia electoral acertada que, significativamente distinta a la implementada por el perredismo en otras entidades, permite vislumbrar un partido de izquierda menos beligerante y radical y más cercano a la socialdemocracia, esto es, dispuesto a desempeñarse en el ámbito de las instituciones liberal-democráticas y a aceptar, con ciertas restricciones, la función positiva del mercado.

El triunfo del PRD en Guerrero es consecuencia de un trabajo partidista permanente, sin embargo, no puede considerarse como una evidencia de la consolidación del partido con miras a las elecciones presidenciales del 2006, puesto que la trayectoria y desarrollo del PRD en este estado son de carácter excepcional.

En las elecciones presidenciales de 1988, la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas obtuvo en Guerrero 36,45 por ciento de la votación. Al igual que Baja California, Colima, Nayarit, Distrito Federal, Estado de México, Morelos y Michoacán, donde el Frente Democrático Nacional que postuló a Cárdenas acumuló la tercera parte o más de los sufragios, Guerrero se convirtió desde entonces en uno de los territorios más importantes para el Partido de la Revolución Democrática, que para octubre de 1989 contaba con tres comités estatales formalmente constituidos, uno de ellos en esta entidad federativa.

La hostilidad en contra del PRD por parte del régimen durante los primeros años del partido, significó la práctica sistemática del fraude electoral, sobre todo en aquellos estados en los que la candidatura de Cárdenas había concentrado un número importante de sufragios. En Guerrero este hecho se tradujo en la protesta y movilización constante de los perredistas, cuya persecución, represión, encarcelamiento y asesinato, lejos de arredrarlos o dispersarlos, determinó su cohesión y organización, al tiempo que contribuyó a ampliar la legitimidad interna del partido, puesto que la lucha por instaurar la democracia estaba plenamente justificada.

La cohesión de las bases perredistas se tradujo en un intenso trabajo organizativo, por consiguiente, y a diferencia de otras entidades federativas donde la presencia del partido es precaria o insuficiente, en Guerrero el PRD cuenta, desde hace una década, con comités en los 76 municipios del estado.

Aun cuando la corriente perredista de los Cívicos surgió en Guerrero...

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