Adquieren narcos armas de guerra
METRO CORRESPONSAL
MORELIA.- LA SUBAMETRALLADORA HK-MP5 con silenciador dejó asombrados a los investigadores de la Procuraduría General de la República (PGR) el pasado 19 de agosto.
Lo más grave: que es una de las nuevas armas adquiridas por los narcotraficantes.
El poderoso artefacto estaba dentro de una camioneta Suburban, de color rojo y vidrios polarizados, con el engomado de placas LRM9797 expedido por el Gobierno del Estado de México, junto a un arsenal pocas veces visto en el combate contra el crimen organizado.
Ese día la PGR y fuerzas de seguridad pública en Michoacán aseguraron un total de 36 armas de fuego.
El armamento estaba distribuido en 13 vehículos, incluyendo una lujosa camioneta Lincoln, tipo Navigator de color gris, blindada y sin placas, valuada en más de medio millón de pesos.
Además de las 22 armas largas y 14 cortas, los presuntos traficantes también portaban mil cartuchos útiles de diferentes calibres y una granada de fragmentación.
Todo indica que los narcotrafi cantes están incrementando su poder de ataque con armas más sofisticadas, de mayor alcance y precisión.
Los tradicionales rifles AK-47 - también conocidos como cuernos de chivo- y las AR-15, que usa la Policía, han empezado a ser desplazados por armas largas equipadas con lanzagranadas, explosivos de mano y bazucas.
"Están adquiriendo armas de uso exclusivo del Ejército y Fuerza Armada, que son armas modernas, armas que son utilizadas en otros países, en concreto en los Estados Unidos, son armas de guerra", advirtió el Procurador de Justicia en Michoacán, Miguel Arellano Pulido.
Según expertos, el arma HKMP5K es una subametralladora de fabricación alemana, calibre 9 milímetros, equipada con un sistema especial de cerrojo cilíndrico, con un alcance eficaz de 100 metros y capacidad de disparo sencillo, ráfaga controlada y fuego semiautomático. Le caben hasta 30 cartuchos.
Una de estas armas fue usada el pasado 16 de septiembre para ejecutar al director de Seguridad Pública del Gobierno de Michoacán, Rogelio Zarazúa Ortega.
La patrulla del jefe policiaco, donde se encontraban sus escoltas, recibió más de 30 proyectiles en cuestión de segundos.
Las ráfagas acabaron con la vida de un elemento y dejaron heridos a otros tres, mientras que otro sicario ingresaba al restaurante Las Trojes, donde se encontraba comiendo Zarazúa Ortega, y lo mataba con un fusil de asalto AR-15.
El funcionario recibió seis balazos a quemarropa, cuatro en el tórax, uno en el mentón y...
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