Adolfo Aguilar Zinser / Vacío en el Congo

AutorAdolfo Aguilar Zinser

En tanto la atención del mundo ha estado puesta en Iraq, en el centro de Africa, en el antiguo Zaire, hoy República Democrática del Congo, también han estado en juego la paz, el prestigio y la credibilidad de las Naciones Unidas y sobre todo el futuro inmediato de civiles inocentes, miles de ellos desplazados de sus hogares por feroces combates, expuestos al fuego cruzado y a abusos abominables.

Al mismo tiempo que, tanto en la prensa como en las transmisiones de la televisión estadounidense, las noticias sobre Iraq -casi todas malas- han comenzado poco a poco a desvanecerse, a ser relegadas a páginas interiores y a menores espacios, esta semana la guerra civil en el Congo ocupa de pronto un lugar en la primera plana del New York Times. El motivo es un sangriento y hasta ahora incontenible conflicto étnico entre los grupos hemas y lendus, habitantes de la provincia de Ituri en la región nor-occidental de la República Democrática del Congo, colindante con Uganda y Rwanda. Se trata de un viejo conflicto étnico, como muchos otros en Africa, heredado de la táctica "divide y vencerás" aplicada por las potencias coloniales europeas para controlar a sus dominios africanos. Es también un fenómeno de violencia asociado a los gigantescos vacíos de poder que existen en el Congo, a la ausencia de una autoridad nacional efectiva, capaz de aplicar el derecho y mantener el orden.

Lo que es hoy el Congo, fue en el siglo XIX propiedad privada del rey Leopoldo de Bélgica y después colonia de ese reino europeo. En 1960 rompió sus lazos coloniales mas no logró su plena independencia y menos su viabilidad política. Al cabo del breve intento democrático de su libertador Patricio Lumumba, Zaire cayó por 30 años en manos del dictador Mobuto, cliente favorito de las potencias occidentales. Al ser derrocado en 1997 por un general, padre del actual Presidente, Joseph Kabila, la República Democrática del Congo se precipitó en una guerra civil y en un vacío político del cual, a pesar de varios acuerdos de paz suscritos por las fracciones rebeldes, aún no emerge. Se calcula que a consecuencia directa o indirecta de la guerra civil y de las invasiones extranjeras, han muerto ya 3 millones de habitantes.

El Congo está bendecido por la naturaleza y maldecido al mismo tiempo por la ambición y el pillaje. En su territorio abundan de manera excepcional las maderas preciosas, los minerales más cotizados, los diamantes, el agua, los suelos fértiles, etcétera. De estas riquezas...

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