Administración de Tecnología / Investigación científica ¿de qué?
| Autor | Enrique Canales |
Tener a un científico trabajando en alguna vereda de la ciencia, viviendo del dinero público ya sea universitario, de Conacyt o de alguna dependencia gubernamental federal, estatal o municipal, es una apuesta perdedora o ganadora, depende de qué cosa esté investigando y cuál tipo de conocimiento vaya a producir. Siempre vale la pena apostarle a que un científico realice avances científicos útiles, digo, que sirvan para algo, que beneficien en algo, que resuelvan algo.
Tener a un científico trabajando "en no sé qué vereda de la ciencia" y no entender con suma claridad cuál es su tema de investigación y no entender lo que vamos a hacer con ese nuevo conocimiento, es improductivo y carísimo. Un científico suelto es tan caro como tener a un hijo estudiando en el extranjero sin saber lo que está estudiando o es como tener a un científico trabajando en alguna ciudad del conocimiento, sin saber qué es lo que vamos a hacer exactamente o qué productos vamos a obtener con ese conocimiento.
El conocimiento para ser de valor necesita demostrar que crea oportunidad de más salud, más alimentación, más producción, más protección, alarga la vida, disminuye el dolor, crea nuevos procesos y materiales que mejoran los productos para competir y por lo tanto se crean más oportunidades de trabajo y bienestar a una población. El conocimiento puro, sin una remota idea de su aplicación, es un lujo muy poco aconsejable. Es preocupante saber que los centros de investigación y las universidades están llenos de "estudios científicos" que nadie utiliza.
La curiosidad científica es importante, cuando la curiosidad corresponde a perseguir una vereda que promete beneficios a una población. Pero una curiosidad pura, una aventura científica al capricho del investigador, es costosísima para todos, por más que sea una delicia ontológica para el investigador.
Es aceptable que, en ciertos casos de excepción, algunos de nuestros científicos puedan sentirse autorizados a investigar cualquier cosa utilizando nuestros centavos, pero aun así, estos científicos de excepción no lo son por ser viejos o por haber cumplido 25 años de ser investigadores, sino porque han investigado algunas maneras de ser de la naturaleza y gracias a esas investigaciones ahora contamos con algunos beneficios tangibles que se han derivado de esas investigaciones.
Lo que no se vale, para mí, es que exista un grupo de científicos universitarios o de centros de investigación que no sientan la responsabilidad de...
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