Administración de Tecnología / Adjetivo, sustantivo y número

AutorEnrique Canales

El desarrollo científico tecnológico lleva el rumbo de numerificar todo lo impactante, es decir, lo que hacemos y lo que acontece que nos afecta. Pasar de una inquietud: "el precio del gas puede subir", a la cuantificación de la inquietud: "hay 65 por ciento de probabilidades que suba un 20 por ciento a fin de año", va a ser la tarea para mí más fundamental, de los sistemas de planeación y desarrollo de ventajas competitivas.

Es claro que el mundo de la tecnología y de los negocios tiene una parte azarosa e impredecible, pero también es claro que las empresas que pueden "leer" mejor el futuro pueden avanzar a mejores posiciones competitivas. No es lo mismo decir: "Tenemos algunos problemas para alcanzar nuestra óptima calidad", a decir: "Un defecto de 0.3 de magnitud en el acabado final indica que al menos dos operarios reprueban con menos de 6 sus pruebas de pulido".

Todavía utilizamos mucho los adjetivos para describir asuntos, acciones, operaciones y resultados que hacemos en la empresa. También entonces se hace necesario sacar en limpio la lista de factores que todavía describimos con adjetivos: "el precio de la materia prima está volátil"; "nos falta trabajar en equipo"; "nuestro herramental no está en óptimas condiciones"; "aquí nadie sabe nada de patentes". Observemos y apuntemos antes de establecer programas de "metrizar" los factores de desarrollo.

En muchas grandes y pequeñas compañías picudas y muy competitivas, constantemente están aprendiendo a medir lo que antes no se podía medir, "metrizando" lo que todavía apenas podemos describir con vagos sustantivos y muchos adjetivos.

Por ejemplo, en mi soñada fábrica de leche quemada, yo puedo decir que la bolita de dulce que producimos está muy "dura", que está muy "cristalizada", que está muy "empalagosa" y que está muy "oscurita". Bueno, a menos sabemos qué adjetivos emplear, porque a la mejor todavía nos falta identificar otras características o dimensiones de nuestro dulce de leche quemada. Sin embargo, si queremos hacer un dulce de leche quemada que podamos vender en Tokio o en Berlín, necesitamos trabajar para pasar de adjetivos a sustantivos y después a números.

¿Por qué primero a números ordinales, luego a números de intervalos iguales y por último a números racionales con un cero determinado? Porque es la única manera como podemos comenzar a hacer modelos causales que expliquen cuáles son las causas que producen buenos y malos resultados. ¿Cómo voy a saber si moviendo 5 grados...

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