¡Adiós, Quino!

AutorErika P. Bucio

Quizás el retrato más cercano de la personalidad de Quino (1932-2020) habría que buscarlo en Felipe, uno de los personajes de Mafalda: "Tímido, amable, introvertido. Parece que anduviese de puntillas por la vida para no molestar a los demás".

Una descripción a cargo del periodista colombiano Daniel Samper Pizano en el prólogo de Toda Mafalda, esa biblia de más de 600 páginas atesorada por los miles de lectores del genial dibujante Joaquín Salvador Lavado, un argentino que no hablaba de futbol; mendocino, de buen comer y vestir.

Un humorista que mereció una plaza con su nombre en Buenos Aires, ser analizado y publicado en Italia por Umberto Eco -quien en 1969 presentó Mafalda la contestataria- y al que lo alcanzó la censura del régimen franquista en España, aunque mereció de esa Nación el Premio Príncipe de Asturias muchos años después, en 2014.

A través de su célebre personaje creó con sus lectores una relación afectiva, ayer sacudida por la noticia de su muerte a los 88 años por un accidente cerebrovascular, como también sembró una conciencia social y política.

"Basta leer Mafalda para darse cuenta qué he tratado de decir a los lectores: estar por la paz, contra la explotación humana y del planeta", dijo a REFORMA en 2007 sobre cuáles eran sus causas.

En entrevista, Samper Pizano advierte que los comentarios que hacía a través de sus tiras eran de una persona progresista, insatisfecha con el mundo, donde hay explotados y explotadores y diferencias sociales y económicas.

"Eso lo creía Quino y lo manifestaba en sus historietas y también de viva voz. "Siempre fue un hombre de izquierda, y nunca lo ocultó", asevera el periodista, quien fuera su vecino cuando vivió en Madrid y entablaron una amistad.

La sopa que detestaba Mafalda tenía un significado político: los gobiernos que hay que tragarse a diario, sobre todo en la época de las dictaduras en América Latina.

El personaje nació para una campaña de una nueva línea de electrodomésticos Mansfield de la empresa Siam di Tella. Querían una historieta que combinara el estilo Peanuts con Blondie (Snoopy y Lorenzo y Pepita, en México) para publicitar los productos de forma encubierta.

Todos los nombres de los personajes deberían comenzar con la letra "M". Quino tomó el nombre de una niña llamada Mafalda que había visto en el filme argentino Dar la cara, de José Martínez Suárez.

La campaña no se hizo ni los productos Mansfield salieron al mercado, pero ella, hecha historieta, nacía el 29 de...

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