Son adictos a la suerte

AutorVicente Guerrero

En México, el pensamiento mágico está tan arraigado en una buena parte de la población, que hombres y mujeres de diferentes estratos socioeconómicos le "apuestan" a la suerte, abarrotan casinos y loterías clandestinas y juegan en Internet con el fin de cambiar sus vidas hasta convertirse en "adictos".

Aún y cuando en el País están prohibidas las casas de apuestas sin autorización, la realidad es que existe un aumento de esta clase de centros, pese a los operativos de autoridades por evitar su instalación.

De acuerdo con estimados de la Procuraduría General de la República, a partir de 1997 se detectó un "boom" de loterías clandestinas, lugares grandes donde acuden un buen número de personas, sobre todo mujeres de estrato social del medio bajo a alto, aunque esto no significa que sean ellas las que más problemas con el juego presentan.

Este "saborcito" que los jugadores encuentran en las apuestas no es más que el signo de un pueblo inmaduro, que no sólo se da en México, sino en otros países también, advierte Carlos Díaz Esparza, psicólogo social y catedrático de la Universidad de Monterrey.

"Algunos mexicanos tienen un pensamiento mágico que está vinculado con una edad entre los 5 y 7 años, en la que creen que un dios les puede quitar el dolor o el hambre", señala.

"No hay una conciencia racional que se inculque a los pequeños de que cada quien debe resolver sus problemas, sino al contrario, otorgan a una patita de conejo o a un número cabalístico poderes que le ayudarán a salvar determinada situación".

Muchos mexicanos tratan de mejorar su situación económica y buscan formas para lograrlo, como jugar a la lotería o al "raspa y gana", y hasta visitar casas de apuesta.

Ignacio, quien se confiesa jugador compulsivo, en proceso de rehabilitación desde hace dos meses a través de terapia psiquiátrica, es parte de ese grupo.

"Hace ocho años que me metí, cuando no existía Caliente ni Club 21 (centros de entretenimiento en Monterrey, similares al Yak de la Ciudad de México), cuando no era tan fácil y las apuestas eran por debajo del agua", comenta el hombre de 40 años y residente en Saltillo, "primero fueron 300 pesos, pero la emoción de ganar una primera vez me hacía subir la adrenalina para sentirme mejor".

Para Alberto, apostar a equipos de basquetbol, beisbol y futbol americano durante las temporadas de juegos era un pasatiempo que pronto se convirtió en un vicio. Llegó a ganar en una noche hasta 25 mil dólares, con una bolsa inicial de 10 mil...

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