Adelanto editorial

AutorLuis Humberto Crosthwaite

CORNELIO: Nos conocemos de toda la vida. Cuando desperté, el Ramón ya estaba por ahí.

RAMON: Qué te pasa. Ni que durmiéramos juntos.

CORNELIO: Yo no dije eso, güey.

RAMON: Luego que por qué dice la gente...

CORNELIO: Lo que yo trataba de expresar, güey, antes de que me interrumpieras, es que nos conocemos prácticamente desde que nacimos.

RAMON: ¿Qué no te acuerdas de la escuela?

CORNELIO: ¿Cuál escuela?

RAMON: La escuela, la escuela.

CORNELIO: ¿Qué tiene?

RAMON: Ibamos juntos, güey, ahí nos conocimos. Estábamos en el mismo salón, hacíamos la tarea, odiábamos a los profesores, comíamos tortas de atún a la hora del recreo.

CORNELIO: ¿Seguro que era conmigo? ¿No sería con otro Cornelio? (Se ríe).

RAMON (sarcástico): Ah, pos a lo mejor. Porque yo soy testigo de que hubo varios Cornelios.

CORNELIO: No empieces con eso otra vez.

RAMON: De veras, güey. Cuando digo lo de la escuela estoy hablando del Cornelio de antes. Porque un día mi amiguito se volvió otro; pero eso ya fue cuando estábamos tocando. Nada tiene que ver con nuestra infancia.

AB: ¿A qué te refieres con "otro"?

RAMON: ¿Otro?

AB: Dijiste que Cornelio era otro.

RAMON: ¿Cuándo?

AB: Lo acabas de decir.

RAMON: Ah, sí.

CORNELIO: Ya vas a empezar con eso.

RAMON: De repente Cornelio se volvió muy creativo, güey. Muy cantautor. Cuando éramos morros nada más pensábamos en pasarla bien, jugar, hacer travesuras y desmadre. Eso sí, güey, siempre juntos. Yo me acuerdo de que eso nos metía en problemas con nuestras mamás.

CORNELIO: Se odiaban.

RAMON: Ah, ¿ya te acordaste?

CORNELIO: Me acuerdo de mi madre; no de la tuya, güey.

RAMON: Las dos eran iguales. Se odiaban, quién sabe por qué. Y lo peor para ellas es que nosotros éramos amigos, güey, más que amigos...

CORNELIO: ¿Amantes?

RAMON: Conste, eh. Luego por qué salen los rumores.

CORNELIO: Pos aclara, Ramón. Si tú dices que éramos más que amigos...

RAMON: No seas payaso, pinche Cornelio. Sabes a lo que me refiero. Eramos compitas de los buenos, siempre juntos, ya sabes. Hasta buscábamos las mismas novias.

CORNELIO: Hey, hey, hey. Qué te pasa, güey. Mis novias eran mis novias. Amor no es compartir; bueno, en algunos casos.

(Parte de las entrevistas que sostuvo el poeta Abigael Bohórquez, a lo largo de varios años, y que próximamente aparecerán en el libro titulado "Truenos y Relámpagos: Conversaciones con Ramón y Cornelio").

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