Acusan opacidad de los cabilderos

AutorGonzalo Soto

Los cambios en el reglamento interno de la Cámara de Diputados para transparentar la operación de las empresas de cabildeo, paradójicamente, la ha hecho más opaca.

De acuerdo con directivos de empresas de cabildeo, la presencia de intereses particulares en el Legislativo se hace más en lo "oscurito", sin una regulación adecuada.

Desde 2011, las personas físicas y morales dedicadas al cabildeo deben aplicar al padrón del Congreso de la Unión, pero hace un par de semanas se modificaron los artículos 264 y 265 al reglamento interno de San Lázaro, para limitar a 20 el número de cabilderos por comisión y dos por persona moral inscrita.

También prohibieron actividades de cabildeo a legisladores en funciones, cónyuges y parientes, así como que ningún diputado podrá aceptar pagos a cambio de modificaciones en leyes.

"Los cambios, lejos de ayudar a transparentar la actividad del cabildeo, la están volviendo de la edad de las cavernas, el cabildeo es totalmente legal y está amparado en el artículo 8 de la Constitución con el derecho de petición.

"Lo que deberían buscar, más que limitar, es transparentar la actividad y una de las cosas que tiene esta modificación es que limita los cabilderos a 20, ¿crees que los demás cabilderos van a dejar de cabildear?, van a seguir, pero no se va a saber ni cómo se llama, ni a quién representan", dijo Rosemary Safie, fundadora y directora de Safie Consultores.

En EU, los cabilderos no tienen límites en su presencia en el Congreso, sin embargo, deben ir identificados y tanto sus reuniones como sus contribuciones a los legisladores son transparentes.

Incluso, hay una oficina dentro del Congreso dedicada al registro y atención de los cabilderos.

En México existe la Asociación Nacional de Profesionales de Cabildeo, que agrupa a las principales empresas del sector.

Para Gustavo Almaraz, director ejecutivo de Grupo Estrategia Política, una buena regulación del cabildeo en el Congreso pasa por el registro adecuado de los que la hacen y no en limitarles.

"Con la regulación exageran y piden requisitos excesivos y que no van acordes con la realidad, quienes no hacen bien la actividad no quieren que hagan las cosas transparentes", señaló.

La falta de una regulación adecuada tiene un efecto negativo en el cabildeo profesional, agregó, pues hay un desprestigio de la profesión por parte de quienes incurren en actividades poco éticas al amparo de la opacidad.

Con una experiencia conjunta de 24 años, tanto Safie como Almaraz...

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