Acusan a masajista de violar a mujer
| Autor | Luis Antonio Rivera |
Un masajista fue detenido e internado ayer en el Penal del Topo Chico porque una clienta lo acusó de que la atacó sexualmente cuando le dio un masaje en un gimnasio del Centro de la Ciudad.
Con esta denuncia ya son cuatro los casos de delitos sexuales presentados en las últimas dos semanas en perjuicio de igual número de mujeres.
En las agresiones se han visto involucrados un médico, un enfermero, un falso curandero y ahora un masajista.
En el caso que trascendió ayer, el presunto agresor fue identificado como Jaime Limones, de 53 años, conocido como "Don Jaime", quien está a disposición del Juez Cuarto de lo Penal por la violación a una mujer de 48.
El detenido dijo ante el Ministerio Público y en el Juzgado que como masajista profesional ha dado servicio a artistas y políticos, y aseguró que tiene estudios técnicos en masajes antiestrés.
En el proceso quedó asentado que la supuesta violación fue cometida a las 7:00 horas del sábado en un cuarto especial con una cama para masajes en un gimnasio de la Federación Nacional de Sindicatos Independientes (FNSI), en Galeana y Treviño.
La mujer, quien enviudó hace dos meses, en su denuncia especificó que tiene más de un año de ir al gimnasio, donde practica boxeo y entrena con pesas.
El gimnasio está en la parte baja de un edificio de la FNSI.
La víctima afirmó que era cliente de "Don Jaime" y ya la había atendido en por los menos otras tres ocasiones para que le diera un masaje antiestrés.
Ella, el día de los hechos, le llamó por celular y le pidió que acudiera para que le diera un tratamiento antiestrés.
Según la denunciante, Limones llegó una hora después de la llamada y al entrar al cuarto de masajes se le hizo extraño que cerrara la puerta con un seguro y apagó la luz, cuando ella se colocó en la cama.
Después de iniciar la sesión de masaje, relató, "Don Jaime" empezó a mostrar una conducta agresiva y hasta la amenazó, mostrándole lo que ella pensó sería un navaja, antes de atacarla sexualmente.
La afectada declaró que no gritó ni pudo resistirse porque la sujetó con una "fuerza descomunal" y la veía de una manera agresiva, además de que estaba asustada y pensó que si gritaba nadie la escucharía en el gimnasio.
Luego de la agresión, dijo, el ahora acusado continuó con las amenazas para que no lo denunciara.
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