Acusan 'largas' por Interoceánico

AutorJorge Ricardo Enviado

SALINA CRUZ.- En el caliente aire ondulante del Istmo de Tehuantepec el tiempo se alarga, se recorta, se detiene. Se acaba para el Presidente López Obrador, quedando un año y cuatro meses de su gestión.

"No quiero dejar nada inconcluso", dijo ayer, cuando iba a supervisar la remodelación del puerto, de la refinería, del rompeolas, de la punta sur del Tren Interoceánico que va de Coatzacoalcos, Veracruz, hasta Salina Cruz, Oaxaca, donde estaba. Había llegado la tarde anterior en helicóptero, estrenaba una guayabera afuera de su hotel.

"Vamos a poder inaugurar el tren en agosto, septiembre, y ya va a operar con normalidad en diciembre de este año", dijo confiado, pero en junio del año pasado había dicho lo mismo: ya para diciembre, y se acabó ese año y nada. Y ahora, antes de entrar al puerto a supervisar en privado las obras, que para julio, agosto, diciembre...

Así los traen, se quejaban los vecinos de la Revolución, una Colonia de casas viejas, apretadas una tras otra, y árboles de papaya y mango. Se formó hace 30 años, un poco porque ocuparon los terrenos, otro poco porque la autoridad de entonces permitió la venta de éstos.

Ahora a unos los reubicaron por la modernización de la vía. "Nos dijeron que hasta ahora son 55 reubicados, contando con todos los colados porque hubo unos que les dieron y nunca habían vivido aquí y a otros que nos quitaron", dijo Acacio Martínez Juan, un vecino de 57 años que perdió su casa de 90 metros cuadros con una planta purificadora de agua y ganó la promesa de una casita de menos de 45 metros.

Demolieron sus casas junto a la entrada al puerto marítimo. Les comenzaron a construir otras, pequeñísimas, inacabables, afuera de la ciudad, a 20 minutos en auto. A otros les dieron 130 mil pesos para reforzar las trabes y construir un segundo piso.

"Fue en noviembre del año pasado cuando nos de-salojaron, mi casa estaba allá", dice Marco Manuel Hernández, vendedor de bolis de 24 años, mientras señala un montón de cascajo junto a los podridos durmientes de madera que han retirado y los nuevos, de concreto, todavía incompletos, casi provisionales, sin la grava de relleno, sin la nivelación ni los puentes en los cruceros. Ayer nadie fue al trabajo, a pesar de la prisa del Presidente.

"Nos salimos en agosto y firmaste y bien tarde llegaba el apoyo de la renta y en diciembre fuiste a ver qué pasaba", dice su esposa, Reyna, una chiapaneca silenciosa y chispeante con ocho meses de embarazo.

"Dijeron ellos que según iban a...

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