Acelera Fox para ver a Ana

Se le hacía tarde al Presidente. Reunido en San Luis Potosí con empresarios en la Concanaco, Vicente Fox abrió sorpresivamente el diálogo pero, con el tiempo encima, a medio camino dejó alborotados a los hombres del dinero.

Apremiado por el espíritu olímpico, enterado de que su esposa, Marta Sahagún, lo esperaba en el hangar presidencial del aeropuerto de la Ciudad de México, Vicente Fox apuró el paso, se trepó al helicóptero Superpuma y, en un santiamén, estaba ya en la terminal aérea de San Luis Potosí, junto con su turbada comitiva.

El oro que, en la raya, se le esfumó de las manos a Ana, lo consiguió el avión presidencial TP-01 que, contra todo pronóstico, aterrizó a tiempo para la carrera.

Surcando los aires a 950 kilómetros por hora, la aeronave -un Boeing 757-300- había despegado en punto de las 14:00 horas y, apenas 33 minutos después, a velocidad olímpica, aterrizó en el aeropuerto Benito Juárez.

Repuesto de la columna tiempo atrás, Fox descendió las escalerillas del avión con botas de avestruz y, apretando el paso, se encontró con su esposa en el Salón de Protocolo del hangar y -con un beso de por medio- se fueron a sentar en un sofá para ver la trepidante carrera de "la Guevara", como el Ejecutivo llamó a la velocista.

A decir de los...

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