Acecha el peligro a reas en túneles

AutorDiana Martínez

Los túneles de acceso a los juzgados son un sitio de peligro para las internas, pues las autoridades han hecho poco por cambiar sus malas condiciones, denunciadas desde el 2010 por la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF) en su Recomendación 4/2010.

Esos espacios se encuentran -como desde hace 2 años- en penumbras, con un hedor permanente a orines y sin vigilancia, y las internas deben recorrerlos mezcladas con los hombres, y por lo tanto expuestas a agresiones o a ser víctimas de lenocinio, los delitos que motivaron la Recomendación.

Antes de entrar al túnel, los internos son revisados por custodios para evitar que ingresen cinturones o agujetas con los que puedan autoagredirse o lastimar a otros.

Algunos reclusos, explicó un custodio asignado a la vigilancia del lugar, caminan aprisa motivados por ver a sus familiares, aunque sea tras la rejilla de prácticas, otros simplemente para no ser asaltados por otros reos.

Los esfuerzos por mejorar esta área en los penales han sido mínimos, a excepción del túnel del Reclusorio Sur, donde colocaron piso de loseta y lámparas.

Montserrat Rizo, directora de Seguimiento de la CDHDF, lamentó que a más de 2 años de que se diera a conocer que las reas tenían encuentros sexuales en los túneles de los reclusorios varoniles, éstos todavía son una zona de riesgo.

A pesar de que la Subsecretaría de Sistema Penitenciario se comprometió a colocar cámaras de vigilancia, como se solicita en la Recomendación 4/2010, esto no se ha cumplido, señaló.

Baños sin puertas a los que deben acudir hombres y mujeres, falta de iluminación y rejillas de prácticas en mal estado son algunas de las problemáticas que personal del organismo detectó en su última visita al Reclusorio Norte, donde según Rizo las condiciones son más deplorables.

Las reas, explicó, deben recorrer varios metros solas hasta llegar al juzgado, ya que ningún elemento de seguridad las acompaña, e incluso algunas se esperan cerca de la rejilla de prácticas todo el día, ante el temor de ir al baño.

Aunque hay una sala de espera para que las internas estén seguras, dijo, permanece abierta y sin vigilancia; una línea roja mal pintada es el único mecanismo para evitar que los internos ingresen a este cuarto.

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