Acecha crimen a comercios

Vania Pigeonutt, corresponsalCHILPANCINGO, Gro., septiembre 6 (EL UNIVERSAL).- La señora María ve sorprendida cómo, después de dos días, trabajadores de la tienda ?Los Barateros? siguen sacando escombros. Ropa quemada hecha casi cenizas, que de colores alegres tienen un tono negro y huelen a carbón quemado. El olor es tan intenso que hace toser. Se le escapa una lágrima: ?¿Es que por qué no fue Aurrerá, por qué no aquellas grandes empresas?, ¡Había ropita de 30 pesos!?.

El edificio rosado de tres pisos ?en que se lee aún el nombre ?Los Barateros?, con su logotipo, un águila sosteniendo un pantalón que parece de mezclilla en la pintura? se consumió casi por completo. Se observan las ventanas color azul cielo, pintadas de negro. Entre las cenizas, los empleados de la tienda ?cuyo dueño, Waldo Díaz Vázquez, regalaba ropa a comunidades sin ser político? sacan prendas y las dan.

Desde el sábado antes de las 21:00 horas cuando Protección Civil reportó el siniestro hasta hoy, hay mensajes, sobre todo en redes sociales de lo ocurrido. Gente cuenta de forma anónima que ése no fue un incendio casual, sino provocado, el mismo Waldo narró lo ocurrido: hombres armados entraron al almacén de tres pisos, amenazaron a todos que salieran e incendiaron con gasolina.

Son días complicados para la clase empresarial que se organizó para pedir una reunión con el gobernador Héctor Astudillo Flores, porque no pueden seguir al acecho del crimen organizado. La situación tiene que cambiar. Esta vez fue Waldo Díaz, pero se preguntan: ?¿Quién sigue y bajo qué circunstancias??. Chilpancingo está secuestrado, suelta un propietario de forma anónima: ?¡Estamos hartos!?.

Los empresarios que han tenido que marcharse de Guerrero o están aquí con temor, y guardan con paciencia hasta el día que todo cambie, esperan con seriedad una respuesta.

Carros de volteo ubicados cerca de la avenida Insurgentes, una de las más concurridas de Chilpancingo a pocos metros del mercado central y del zócalo, recogen y recogen ropa hecha cenizas. Aún está visible el mensaje en una pared: ?Bienvenidos con sus amigos de siempre, los embajadores de los precios justos?.

María, como mucha gente está conmovida, porque aquellos armados no sólo se metieron con Waldo Díaz, quien no ha precisado si fue amenazado previo al evento, sino con la clase obrera de la capital, gente que puede comprar playeras de 30 pesos y pants en 100, y espera a diciembre a que salgan los saldos de regalo que desde hace 13 años...

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