Accidente trunca su sueño de ser piloto

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 16 (EL UNIVERSAL).- El viernes 8 de diciembre el capitán Mario Alberto Núñez tomó su celular para informarle a su padre, Raúl Núñez, que abordaría una avioneta para dar una de sus clases de vuelo.

Esa mañana volaría de Cuernavaca, Morelos, a Iguala, Guerrero, con su alumno Javier González, un piloto de 20 años. Al iniciar, Mario se persignó y comenzó la lección.

Raúl esperó el mensaje de su hijo para avisarle del término del vuelo, pero su celular no volvió a sonar.

El joven aprendiz abordó la avioneta tipo Cessna 150 como piloto principal, en la mente tenía las 40 horas de vuelo que le hacían falta para convertirse en piloto comercial. Llevaba 140 horas en el aire. Con este viaje sumaría 90 minutos más a su carrera.

El plan de vuelo, de una hora y 30 minutos, comenzó en el Aeropuerto Mariano Matamoros de Cuernavaca. La nave tenía que pasar por Taxco y aterrizar en Guerrero.

Se tenía previsto que regresaran a Morelos a las 13:30 horas; sin embargo, el contacto se perdió después de que emitieron una alerta de emergencia, a 15 millas de Cuernavaca.

El jueves 14 de diciembre, a casi una semana del último contacto, los cuerpos de los pilotos fueron hallados junto a la avioneta calcinada por la zona de Zacacoyuca, cerca de Iguala.

Tras una carrera de 10 años como piloto en empresas privadas y en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), hace casi dos meses que Mario Alberto, de 34 años comenzó a trabajar en la Escuela Aeropacífico.

Cursó la carrera de Piloto Aviador en la Escuela Vitar, a la par de la licenciatura en Derecho.

El instructor...

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