Acceso de trabajadoras del hogar al IMSS avanza a paso lento y beneficia sólo al 2.4%

Fecha de publicación03 Abril 2023
Ilustración EE: Nayelly Tenorio
Ilustración EE: Nayelly Tenorio
Ana Karen García
Blanca Juárez

Por Ana Karen García y Blanca Juárez

Pese a los enormes esfuerzos de las empleadas y su organización colectiva, todavía 98% de las personas trabajadoras del hogar está fuera de la seguridad social y el 70% tiene ingresos de apenas un salario mínimo mensual.

Hace cuatro años el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) lanzó un programa piloto para afiliar a las trabajadoras del hogar. En 2022 se aprobó su obligatoriedad, pero todavía 9 de cada 10 trabajadores —casi todas mujeres— de este grupo están en la informalidad.

En México hay 2.4 millones de trabajadores del hogar, de los cuales casi 2.2 millones son mujeres y 200,000 son hombres, de acuerdo con la última actualización de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

La mayoría de las mujeres que trabajan remuneradamente en hogares realizan actividades de limpieza, organización y cuidados. Los hombres, tareas de jardinería, plomería o son choferes privados.

Pero en este universo de trabajadoras hay muchas realidades y la que más se comparte es la de vulnerabilidad laboral. Pese a los enormes esfuerzos de las trabajadoras del hogar y su organización colectiva, todavía 98% están fuera de la seguridad social y el 70% tiene ingresos de apenas un salario mínimo mensual. Aunque la afiliación y la profesionalización avanzan, lo hacen a ritmo lento.

La implementación del programa piloto en dos fases y otras políticas públicas complementarias no han logrado detonar su inscripción al IMSS. Además, la diversidad de situaciones y condiciones que enfrentan complejizan el panorama.

“A mí sí me dijo Estefi —su empleadora— que sí quería me ponía en el IMSS. Me explicó todo bien y revisamos juntas que tenía que pagar una cuota ella y una cuota yo, le pregunté si mejor podía darme eso de aumento, porque ya cumplía tres años con ella y nunca me había subido el sueldo”, afirma Gabriela Pérez, de 43 años, residente del municipio Valle de Chalco en el Estado de México.

Gabriela dice en entrevista que muchas de sus vecinas, que conoce de su barrio y también son trabajadoras del hogar, han optado por buscar esta alternativa. “Lo de tener el seguro está bien para el médico, pero en mi casa lo que necesitamos más es el dinerito, porque vamos al día y un poquito más hace la diferencia”.

Carmen, por su parte, tiene una perspectiva totalmente distinta, su esposo enfermó hace un tiempo y quedó desempleado perdiendo su afiliación al IMSS. Con sus ahorros familiares y su trabajo en distintos hogares pudieron costear los primeros meses de médicos y medicinas, pero con el tiempo se complicó.

"Yo desconocía por completo que una se podía afiliar al Seguro, nunca me lo ofrecieron. Sin dudar hubiera aceptado para asegurar a mi esposo y a lo mejor estaríamos en otra situación ahora", cuenta Carmen. Su esposo falleció hace dos meses; ella apenas pidió a sus empleadores iniciar el trámite de afiliación y está convencida que la aportación que tendrá que hacer vale la pena porque ella y su hija menor tendrán acceso a servicios de salud.

Carmen vive cerca de la salida a la carretera México-Cuernavaca, al sur de la Ciudad de México, demora casi dos horas para llegar a su lugar de trabajo en la colonias Roma y Del Valle Centro. Y más o menos lo mismo de regreso. Asegura que ahora que está en medio del trámite ha encontrado más complejidades.

"Yo, por ejemplo, trabajo en cuatro casas diferentes y con Rodrigo y Gaby —dos de sus empleadores— está siendo más difícil, porque tampoco sabían nada del trámite, me preguntan si es un contrato para todos, o uno para cada patrón y cómo tienen que hacer el trámite y cómo se pagan las cuotas, y la verdad que yo tampoco lo sé. Lo bueno que una de las chicas con las que trabajo aceptó hablar con ellos para explicarles, porque si no, ahí hubiera quedado lo del seguro", detalla.

En México, algunas organizaciones como el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH) y el Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar (Sinactraho) han hecho una labor enorme para visibilizar el trabajo de hogar y conquistar derechos de quienes se ocupan en estas actividades. Pese a ello, los retos todavía son grandes, no sólo en el acceso a la información de las propias trabajadoras, sino también de sus empleadores.

Complejidades múltiples para la afiliación

Además de la diversidad entre las trabajadoras del hogar, otras barreras en el proceso de afiliación a la seguridad social son el contexto cultural, las leyes y las políticas...

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