De los abucheos a la alegría

El gol de André-pierre Gignac le devolvió el alma a una afición felina que se comía las uñas.

Y es que los hinchas de Tigres pasaron de abucheos al medio tiempo a la alegría por el triunfo.

También por el nerviosismo, tras más de 85 minutos de incertidumbre porque el partido se mantenía sin anotaciones ante el colero general.

Aunque el Uni no llegó al lleno ante Bravos (34 mil 731 espectadores), esto no fue impedimento para hacer nota su sentir.

Primero despidieron con silbidos al equipo, a manera de desaprobación por la exhibición mostrada por el equipo de Robert Dante Siboldi.

Apenas hace unos días se le habían escapado dos puntos contra Atlas y los fantasmas del sábado deambulaban en miércoles.

Rostros de frustración se hacían presentes, además de gestos de desaprobación entre la afición.

"¿Qué les pasa? ¿Por qué no podemos, compadre?", se oyó decir a un seguir felino.

La ilusión regresó a tope para la parte complementaria, aunque tuvo a Luis Quiñones como su villano favorito.

"¡Buuuuuu!", desaprobó la gente al...

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