Absurdas, peligrosas y ¿estimulantes?

AutorGlenn Kenny

Servicio de la revista Premiere

Hay películas de las cuales se podría decir: "Eso no es entretenimiento". No son "paseos" o "diversiones". Son experiencias estimulantes que le ponen en frente todas las cosas que Hollywood supone que son precisamente las que usted no quiere ver. Cintas que reorganizan su mente, que retan sus ideas fundamentales en torno a la vida, al amor y a la muerte.

Los siguientes son sólo unos ejemplos de dichas películas:

Asesinos por Naturaleza (1994)

Aunque sea obvio, exagerado y con frecuencia completamente absurdo, este retrato ultracontroversial, se ha registrado al menos una demanda alegando que originó homicidios en la vida real, de una pareja tipo Bonnie y Clyde, dirigido por Oliver Stone, logra llegar a alguna parte.

Se debe tal vez a su absoluta sobrecarga sensorial. Tal vez sea la potencia bruta de las actuaciones, desde la salvaje Juliette Lewis hasta el increíblemente vicioso Tom Sizemore. O tal vez sea, en realidad, la exuberancia rabiosa de la cinta, el nihilismo muy real y muy temible que parece esconderse bajo sus verbosos pronunciamientos sobre nuestra sociedad "enferma".

Bailando en la Oscuridad (2000)

Ya sea que esté familiarizado o no con las inspiraciones de esta cinta (La Pasión de Juana de Arco, The Umbrellas of Cherbourg y A Short Film About Killing), el aspecto inexorable de su historia trágica y la intensidad e intimidad casi avergonzantes de la interpretación de Björk, como la perfecta madre que se sacrifica, se combinan para producir una experiencia visual en un principio intrigante, luego incómoda y profundamente abrumadora.

Bonnie y Clyde (1967)

Por chocante y nauseabundo que sea el legendario final de la atroz emboscada de la cinta, sólo funciona verdaderamente en contexto, es decir, luego de pasar más de hora y media aprendiendo a querer a los problemáticos y torpes criminales, tal vez no tan incorregibles, que están expuestos a una lluvia de balas aparentemente interminable.

Los amantes fugitivos, personificados por dos de las estrellas más bellas de Hollywood (Warren Beatty y Faye Dunaway) son reducidos a carroña en un dos por tres, 21 segundos, y el resto es silencio, un silencio ensordecedor.

Dead Ringers (1988)

David Cronenberg lleva la noción del yo dividido más allá de la simple metáfora en esta historia, inspirada en la realidad, de gemelos ginecólogos idénticos, protagonizados por Jeremy Irons, y su hundimiento en la locura.

El tema en sí asegura un nivel de terror casi sin...

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