Abren las puertas de Los Pinos
Autor | Carla Guerrero |
Un par de hombres trajeados y un detector de metales del que ni siquiera los niños de 4 años pueden escapar, son los encargados de dar la bienvenida a la casa del Presidente.
Los pequeños del kinder Carrusel se forman detrás de su maestra mientras la guía, Julieta Guzmán del Corral, los apresura. A las 11:00 de la mañana deberán terminar el recorrido, pues a esa hora iniciarán las actividades oficiales del Presidente.
Este anuncio los emociona y algunos platican entre sí, cómo fue que sus papás ya no votaron por el PRI en las pasadas elecciones; otros más hacen con dos deditos la insignia de "Amor y Paz" de los hippies, la "V" de "Hasta la victoria siempre" del Ché Guevara y el "Ya ganamos" del 2 de julio.
Pasando por la Puerta 1, se encuentran con el Secretario de Gobernación, Santiago Creel, quien desvía su camino para saludar a los pequeñines que, en su mayoría, no tienen idea de quién se trata.
El recorrido inicia después. El primer espacio al que tienen acceso es a los jardines, donde resalta el follaje de los árboles y de las enredaderas que cubren y protegen las casas institucionales de Los Pinos. Están llenos de árboles de bugambilias fucsias y hortensias azules y rosas, divididos por caminos angostos flanqueados por bancas y faroles de herrería francesa.
"La residencia de Los Pinos tiene su historia. La casa Lázaro Cárdenas fue antiguamente el rancho La Hormiga, construido a finales del Siglo 19; luego fue incautada en 1917 por Venustiano Carranza y, posteriormente, el general Alvaro Obregón la usó como cuartel", relata Julieta o "Julie", de origen sonorense. Agrega que en los escritos de los indios yaquis se encuentra la primera referencia a la "casa del Presidente", hablando de Alvaro Obregón y del rancho.
Después se construyeron el Campo Marte, las canchas de frontón y una alberca a partir de un lago natural.
"Cuando Lázaro Cárdenas sube a la Presidencia, deja el Castillo de Chapultepec por pensar que no iba con los principios de la Revolución y se va al rancho La Hormiga, al que le cambia el nombre por Los Pinos, para recordar el lugar donde conoció a su esposa Amalia, en Michoacán", comenta la guía, quien ha basado su investigación en libros y testimonios de trabajadores de Los Pinos, así como en amigos y familiares de los ex Presidentes.
Este pasaje de la historia no parece importarle mucho a los niños, pues están más entretenidos viendo a las ardillas pardas correr por los jardines y a los "extraños hombres de traje" que...
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