Abren los calabozos del Coliseo romano

AutorIrene Savio

CORRESPONSAL

ROMA.- "Me da escalofrío pensar en lo que pasaba aquí", murmura en voz baja Margaret Fesel, una inglesa de 59 años, mientras cruza la Libitina Porta (Puerta de la Muerte), que lleva a los calabozos subterráneos del Coliseo, abiertos ayer al público por primera vez, tras seis siglos clausurados.

Pocos pasos después, en la penumbra de las húmedas entrañas del Coliseo, la hija de Margaret, Lara, recorre el lugar que unía muerte y diversión, donde gladiadores, fieras y víctimas se preparaban para enfrentar mortales combates para el solaz de plebeyos y aristócratas romanos, en espectáculos sin otro fin que la muerte o la gloria.

"No tengo palabras para describir lo que se prueba. Es increíble que hayamos tenido la suerte de ser los primeros en visitar a este sitio", dice Lara, de 22 años.

Los calabozos permanecieron olvidados varios siglos durante la Edad Media y la expansión de la religión cristiana, cuyos seguidores, perseguidos por el Imperio Romano, no rara vez encontraron la muerte en el Coliseo.

"Cerrados en el siglo 15 d.C., los calabozos fueron desenterrados dos siglos después durante una obra de restauración, pero nunca antes, hasta ahora, habían sido abiertos al público", explica a REFORMA el subsecretario del Ministerio de Cultura de Italia, Francesco María Giro.

Además de los calabozos, también fue reabierto, tras 30 años de permanecer clausurado y año y medio de trabajos de restauración, el tercer anillo del Coliseo, que con sus 15 metros es el más alto aún en pie y desde donde se ve una imagen casi aérea de los Foros Romanos.

La antigüedad y complejidad de la estructura...

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