Abren el apetito y el gusto
Autor | Laura Pérezsandi |
La hora del aperitivo no se refiere únicamente al consumo de bebidas alcohólicas antes de la comida, sino que también hace alusión a los alimentos que acompañan este preámbulo, y que necesariamente deben ser ligeros y suaves para no afectar el apetito del comensal, sino, por el contrario, estimularlo.
En lo que se refiere propiamente a las bebidas, para que los aperitivos cumplan la función de abrir el apetito lo más recomendable es tomar bebidas suaves: vermut, cerveza, vino blanco, espumoso, champaña o generosos. Desde luego hay quienes prefieren las más fuertes, como los destilados, que por sus características pueden tomarse solos o en las rocas. Cuando se mezclan forman parte de los tragos largos y coctelería clásica.
La costumbre de tomar el aperitivo se inicia en pleno Siglo 20, innovando y creando esta moda de "picar". Su surgimiento obedece al rompimiento de lo tradicional, precisamente en el aspecto de tomar algo antes de la comida y sin ningún motivo sin ningún horario.
Aperitivo y entremés son dos servicios semejantes que preceden la comida. Consisten en preparaciones a base de embutidos finos, quesos variados, marinadas, escabeches o frituras de verduras, carnes, pescados y mariscos; vegetales crudos o cocidos, ensaladillas simples y compuestas unidas con mayonesa, mostaza o vinagreta.
También se acostumbran los huevos cocidos o en tortilla; cebollitas, alcaparras, pepinillos y aceitunas aliñadas o rellenas de camarón, pimiento, jamón, salpicón, envueltas con filetes de anchoas, arenque; además de frutos secos como almendras, avellanas, pistaches, cacahuates crudos, tostados o fritos y mucho más.
Cada país tiene un modo de ser y de comer. Cada cocina está ligada a la base que la fundó y la mexicana es todo un antojo, que, según el diccionario es un "deseo vivo y pasajero de algo", deseo que nace de ver y se manifiesta con la mirada, ese "antojo" viene del latín "ante, delante del ojo" y anteojo "de ante y ojo"; o sea, está ante los ojos.
En el extranjero se le llama bocadillo a ese antojo que no goza de tan merecida fama por su sencillez en el modo de prepararse, sino por la combinación de colores y sabores que lo hacen ser un manjar al paladar.
Asimismo, los appetizer para los norteamericanos son el principio de la comida fuerte del día, acompañada de un martini, tragos largos o vino blanco.
En cuanto a la cerveza, Bélgica acostumbra acompañar con ella distintos bocadillos. Al igual que sus vecinos alemanes, suelen acompañarla...
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