Abre su corazón

AutorAlejandra Flores

Sus nietos la definen como una mujer de carácter fuerte y perseverante, y, al recorrer las páginas del libro Carmen Montejo, Una Mujer Alta, se descubre que la actriz ha remado a contracorriente desde su niñez.

La pérdida de su padre, a los 11 meses de edad, su andar de casa en casa y haber contraído matrimonio con un hombre al que le descubrió cinco esposas han marcado su vida.

La obra, que se presenta el lunes, cuenta la historia de María Teresa Sánchez González, nombre real de Montejo, quien, junto a su madre y hermano, llevó una vida nómada, siempre buscando un hogar, debido a que en los años 20 era mal visto que una viuda estuviera sola con sus hijos.

Entre juegos, Muñeca, como la llamaban de cariño, descubrió su gusto por la actuación, y su primera aparición pública fue en un concurso en el Teatro Nacional de La Habana, el cual ganó.

Sus constantes intentos por desarrollarse en la actuación, la entrevista que tuvo con Emilio Azcárraga Vidaurreta en Cuba y su decisión de dejar en 1942 el país que la vio nacer para viajar a México son pasajes que el texto, de 274 páginas, revive tejidos con contexto social o biográfico de hechos y personajes relacionados con ella.

Esto, sin dejar de lado sus amores. El primero de ellos, en 1944, el director Chano Urueta, quien le doblaba la edad.

"Nos enamoramos, fue mirarnos y amarnos. Hubo algunos besos, caricias nada más. A Chano le gustaba mucho la música, la pintura. Yo aprendí muchas cosas de él en cuanto al arte. Platicábamos mucho sobre ello y me daba mucho placer estar con él. Cuando estábamos hablando de eso, terminábamos con un acercamiento, pero nada más.

"Sin embargo, no fue mi verdadero amor. Yo creí estar enamorada, pero más bien estaba deslumbrada con aquel hombre, inteligente, guapo, mucho mayor que yo. Él sí estuvo muy enamorado de mí. Un día todo terminó. Yo me fui a Cuba a descansar y la relación se enfrió".

Tiempo después conocería al que considera su primer novio formal: Agustín Guevara, relación que pronto acabó debido a los constantes celos del joven.

"Su piel era muy suave, era muy cariñoso y me gustaba cómo me besaba. Mi mamá estaba feliz con el noviazgo", cuenta Montejo en el libro del escritor Jesús Ibarra.

Tras el descalabro amoroso viajó a Nueva York y tomó un curso en el Actor's Studio, aunque nunca fue parte de la matrícula oficial, porque no hablaba inglés.

Pero con la ayuda de Lilo, su primo, quien radicaba allá, realizó ejercicios para dominar el método Stanislavski y...

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