Aborto. La guerra está de regreso

Víctor Sancho, corresponsal

WASHINGTON, EU, mayo 28 (EL UNIVERSAL).- La distopía de "El cuento de la criada", novela de Margaret Atwood popularizada por una serie televisiva, ha penetrado en la sociedad estadounidense con una simbología muy concreta y, para algunos, totalmente adecuada a los tiempos que corren en Estados Unidos bajo el mandato de Donald Trump. La túnica rojo escarlata y el sombrero blanco son ya el nuevo icono feminista en EU, especialmente en una de las luchas por los derechos de las mujeres que ha resucitado cuando todo el mundo la daba por acabada: el derecho al aborto.

Abortar es legal en Estados Unidos desde hace casi medio siglo, 46 años para ser exactos. En 1973, el Tribunal Supremo, en su decisión sobre el famoso caso Roe vs. Wade, declaró que el aborto era legal.

Sin embargo, el pasado martes miles de personas salieron a las calles, muchas frente al Tribunal Supremo de Washington, contra el reciente repunte del movimiento antiabortista. Decenas de mujeres regresaron a sus disfraces de criadas y salieron a la calle, una vez más, para defender el derecho al aborto. Los gritos son siempre los mismos: "Mi cuerpo, mi decisión"; "el aborto es un derecho"; "quiten las manos de mi cuerpo"... El enfurecimiento, con el paso de los días, es cada vez mayor.

"Es una guerra contra las mujeres", repiten. La energía irradiada en la Marcha de las Mujeres, la millonaria manifestación que fue una muestra de poder justo el día después de que Trump asumiera el poder, se mantiene casi intacta. "Cuando las mujeres pueden elegir, las mujeres tienen libertad", gritaba la cómica Leslie Jones en el popular programa "Saturday Night Live", en un segmento al que entró vestida como una criada de la novela de Atwood antes de destripar los intentos conservadores de ilegalizar el aborto.

El tema del aborto entró en política en la década de 1980, poniendo en sinergia moralidad y electoralismo sobre un derecho que había quedado resuelto desde 1973. Fue entonces cuando un grupo de pensadores conservadores vieron en la legalidad del aborto el elemento clave para movilizar a su favor a los votantes de religión evangélica.

Propusieron la estrategia a Ronald Reagan, por entonces candidato a la presidencia, y la aceptó. El aborto se convirtió en un elemento político fundamental durante su presidencia.

Eso llevó a que en 1992 un caso llegara al Supremo para desafiar Roe vs Wade: Planned Parenthood vs Casey.

Para sorpresa de la mayoría, el Supremo reafirmó...

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