Abel Hibert / ¿Qué pasó en San Lázaro?

AutorAbel Hibert

A lo largo del próximo año tendremos la oportunidad y la obligación de evaluar si lo que se decidió en San Lázaro fue lo más conveniente para que nuestro país avance o será, simplemente, una oportunidad más perdida. Entre lo que se decidió destaca el mazacote de Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos para el año 2004, que el Poder Legislativo aprobó motivado por revanchas políticas y por paralizar la gestión del Poder Ejecutivo y el Judicial.

Dada la facultad constitucional que tiene la Cámara de Diputados de recibir, analizar, modificar y aprobar el proyecto económico que le envía el Ejecutivo, le dieron vuelo a su imaginación y modificaron de tajo lo sustantivo de la propuesta del Ejecutivo.

No dudo que sus intenciones sean buenas, pero da terror que en unos pocos días, casi sobre las rodillas, sin tener estudios de los impactos directos e indirectos de lo que estaban proponiendo, han propuesto una serie de premisas de política fiscal que habrá que evaluar los resultados a lo largo del año.

Y no es que los técnicos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sean infalibles, pero ellos, además de tener el conocimiento técnico de la política fiscal, tienen cuantificados en modelos econométricos, el impacto de cualquier medida de política fiscal, ya sea tasas de impuestos, nuevos impuestos o modificaciones en los rubros de gasto público, en variables clave en la economía como es el déficit fiscal del año del ejercicio, el impacto en los próximos ejercicios fiscales de las medidas que se están evaluado y, por supuesto, el impacto que puedan tener en el crecimiento económico, inflación y nivel de empleo.

Además, toman en cuenta la experiencia de determinadas medidas de política fiscal que han probado tener éxito en países exitosos. Y créanme que ninguno de estos estudios fueron evaluados por parte de los diputados y senadores. El símil sería el de una delicada operación de corazón en donde un grupo de entusiastas ciudadanos, con el deseo de curar al paciente, quitan al médico especialista y realizan ellos mismos la operación.

En la parte de ingresos, la propuesta para el año 2004 no llega al fondo del asunto al dejar inalteradas las tasas del IVA y los bienes y servicios que son gravados. Este tema ya se convirtió en un dogma de la política mexicana y material muy rentable para cuanta marcha y manifestación se quiera llevar a cabo y ha sido elevado a rango de mandamiento junto con el otro mandamiento escrito con sangre de la apertura del...

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