Abandona coladeras; ahora tiene excelencia

Mural/Redacción

HERMOSILLO.- Prenderle fuego a la alcantarilla y ver las caras asustadas de los automovilistas al ver salir humo y llamas de las rejillas y tratar de esquivarlas, era para Daniela y sus compañeros la mejor de las diversiones.

Hoy, a un año y medio de haber abandonado las alcantarillas y estar en rehabilitación es la alumna más sobresaliente de su escuela secundaria. Estudia inglés y tiene garantizada una beca para la preparatoria y la universidad.

Cantar en los camiones, hacer malabares en los cruceros, intoxicarse y correr velozmente para escapar de la Policía era su vida diaria. Pero todo eso lo cambió por un espacio en la casa hogar Madre Teresa de Calcuta.

Daniela, de 15 años de edad, dice no arrepentirse de haber vivido en una alcantarilla sucia y maloliente, porque eso le permitió conocer al verdadero ser humano.

"Ahí, cuando no eres nadie, las personas que se te acercan se muestran tal como son", expone.

Pudo conocer el trato déspota de un policía, el rechazo de la gente, y la degradación de ella y sus compañeritos al perderse en la inhalación de solventes, al golpearse sin sentido entre sí o contra lo que fuera.

Daniela fue traída de Nogales a Hermosillo desde muy pequeña. Nunca conoció a su padre, su madre trabajaba todo el día para mantenerla a ella y sus tres hermanos.

Un día, su madre sufrió un accidente, no tenían para comer y ella, a sus 9 años, decidió salir a la calle por las tardes, después de la escuela, para conseguir dinero.

Tenía 11 años y cursaba el quinto grado de primaria, cuando desde su escuela vio el incendio de una vivienda de cartón. Era su casa y su madre tenía el 82 por ciento de su cuerpo quemado. En pleno 24...

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