El rey

AutorCarlos Elizondo Mayer-Serra

Cuando un mandatario centraliza el poder, más aún cuando las instituciones son débiles, importa mucho su estilo personal de gobernar. En palabras de Daniel Cosío Villegas:

Puesto que el presidente de México tiene un poder inmenso, es inevitable que lo ejerza personal y no institucionalmente, o sea que resulta fatal que la persona del presidente le dé a su gobierno un sello peculiar, hasta inconfundible. Es decir, que el temperamento, el carácter, las simpatías y las diferencias, la educación y la experiencia personales influirán de un modo claro en toda su vida pública y, por lo tanto, en sus actos de gobierno.

Así fue en la época hegemónica del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Así es nuevamente.

Tras dos años en el poder, el estilo personal de gobernar de Andrés Manuel López Obrador es ya conocido. Unas pocas palabras lo definen: es el rey y su palabra es la ley.

No es el regreso a una presidencia imperial, como le llamó Enrique Krauze a la época de hegemonía priista. Ahora es una presidencia aún más personalizada, sin la relativa institucionalización, tanto formal como informal, de los años del priismo hegemónico. Hoy casi todo lo público depende de lo que AMLO quiere.

La forma en la que gobierna es un reflejo de su personalidad y su forma de entender el poder, desde su pasión por éste hasta su austeridad personal. Rasgo central de AMLO es su peculiar carisma, su talento para comunicar con credibilidad sus filias y sus fobias a un amplio segmento de la sociedad.

EL POPULISMO

AMLO llegó al poder a la par de otros líderes etiquetados bajo el término populistas. El politólogo Gerry Mackie ha intentado ofrecer una definición del término carente de juicios de valor: "Definamos populismo (ignorando sus usos peyorativos) como la doctrina de que los resultados políticos deben o deberían estar relacionados de alguna manera con la opinión o la voluntad colectiva de ciudadanos libres e iguales".

Desde esta definición de populismo, el 29 de junio de 2016 en Canadá, después de que Peña Nieto advirtiera de sus riesgos, Obama le respondió: "Me preocupo por la gente pobre, que está trabajando muy fuerte y no tiene la oportunidad de avanzar. Y me preocupo por los trabajadores, que sean capaces de tener una voz colectiva en su lugar de trabajo [...] quiero estar seguro de que los niños están recibiendo una educación decente [...] y creo que tenemos que tener un sistema de impuestos que sea justo. Supongo que eso me hace un populista".

Si...

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