Empresa/ Si hubiera...

AutorAlberto Barranco Chavarría

La paradoja del caso es que hasta hoy el balance muestra que el Gobierno realizó el negocio del siglo pasado al rescatar las vías en manos de empresas constructoras, en tanto éstas, que en el papel habían sido las beneficiadas generosamente con la medida, se toparon de frente con el tobogán que las impulsó a la ruina...

Peor aún, hete aquí que los verdaderos favorecidos por la acción equivalente a una expropiación, es decir los bancos, terminaron al final del día vendiéndose al capital extranjero... por un puñado de centavos.

El hecho es que a la vista del páramo, los directivos de las firmas que permitieron, mal que bien, multiplicar en casi 6 mil kilómetros la oferta de comunicación terrestre del país, se dan de topes en la pared por no haber defendido su causa con el rigor reclamado...

Si hubiera...

Lo cierto es que a iniciativa de dos de las empresas afectadas, el Grupo Mexicano de Desarrollo y Tribasa, se planteó la posibilidad de demandar al Gobierno ante las Cortes de Nueva York... en la coyuntura de las emisiones internacionales de deuda cuya amortización dejaba en el aire la medida...

Estamos hablando de papeles cuya garantía la constituía justo el flujo de las carreteras privadas de cuota.

La posibilidad la frustraron dos hechos: la salida, por estrictas razones de edad, de Gilberto Borja Navarrete de la presidencia del Grupo ICA, quien se había constituido como líder de los inconformes en la época en que se empezó a perder perspectiva en el negocio, obligando al Gobierno a extender los plazos de las concesiones, dado el peso de la firma y su propia relación estrecha con el poder, y el temor de perder el pastel de los jugosos contratos públicos.

Como recordará usted, el empresario se integró al Gabinete ampliado del Gobierno zedillista como director general de Nacional Financiera, en tanto su sucesor, Bernardo Quintana, adoptaría una actitud neutral dada su lejanía del proceso de otorgamiento de concesiones pactadas originalmente a 15 años, luego a 10, 25, 40 y finalmente 50, ante el desempate entre el aforo previsto y la realidad.

La lógica del gran argumento, por lo demás, apuntaba a que sin la posibilidad de las licitaciones de Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad o, la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes, las constructoras terminarían por naufragar... como ocurrió finalmente.

Como usted sabe, mientras el Grupo ICA hace esfuerzos desesperados por salir de un agujero que le ha obligado a reducir...

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