CARACAS.- La revolución cubana culminó ayer el maratón de festejos por las nueve décadas de su gran líder, aunque pareciera que desde principios de enero su cumpleaños es todos los días.

Los numerosos eventos incluyeron una aparición pública del propio Fidel Castro, quien acudió junto a su hermano, Raúl, y el Mandatario venezolano, Nicolás Maduro, a un homenaje en el emblemático teatro Karl Marx de La Habana, donde fue ovacionado por los más de 5 mil espectadores presentes en la gala, transmitida en vivo por la televisión estatal.

La euforia oficialista ha elevado a límites insospechados el culto exacerbado al ex Presidente, como si el futuro de la revolución dependiera del tamaño del mito.

Unos fastos que muy poco tienen que ver con la realidad del país caribeño, abatido y desesperanzado hoy en día ante la nueva recesión económica y por el éxodo constante de sus jóvenes.

El efecto del deshielo con Estados Unidos y el consiguiente crecimiento del turismo se han desvanecido ante las imágenes de los balseros que se juegan la vida en el...

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