Los 60 / Libros de la década

AutorGuadalupe Loaeza

No muchos de ellos sabían quién era Octavio Paz y mucho menos Fernando Benítez. Y, sin embargo, había entonces una mafia que dominaba todos los espacios de la cultura. De hecho, así le decían, con mayúsculas y todo: La Mafia. Ellos hacían el suplemento de La cultura en México de la revista Siempre!, que leía mucha gente. Estaban el propio Benítez, que era su líder, y autores como Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, entre otros. Se juntaban a bailar y tomar whisky en San Ángel. Nada más iban los selectos, los que eran tomados en cuenta por este grupo tan exquisito. Hay, incluso, un libro titulado La Mafia, de Luis Guillermo Piazza, que relata cómo era ese mundo tan reducido como poderoso.

Quizá antes no había habido intelectuales que se dejaran ver con tanto glamour, ni que gozaran tanto de los medios de comunicación. En el fondo, eran admiradores de Fellini y se sentían un poco como en la película de La Dolce Vita, exitosos y glamorosos. El más elegante, exitoso, influyente y leído de todos era, sin duda, Carlos Fuentes. Era el joven erudito, sabio, el más viajado, conocía Argentina y París, había sido amigo de Alfonso Reyes, y con sus novelas había convertido la Ciudad de México en una metrópoli cultural a la altura de Nueva York o Londres. Qué delicia vivir en la capital que tenía estos personajes.

Carlos Monsiváis y José Emilio Pacheco eran muy jóvenes, pero muy influyentes. Todo lo que decían era muy bien recibido. Carlos era ocurrente, erudito, chistoso, y detrás de sus lentes miraba con una gran ironía todo lo que pasaba en el país. José Emilio, en cambio, tenía una gran pasión por la poesía de Paz, y sabía todo de la poesía mexicana y de los novelistas de principios de siglo.

La gente bien no tenía ni la menor idea de quién era José Revueltas, pero si lo hubieran sabido se habrían alarmado y seguramente no les gustaría leer sus textos, sobre todo aquellos escritos desde la cárcel, cuando lo encerraron por participar en el movimiento estudiantil del 68. Sin embargo, Revueltas era uno de los novelistas más admirados.

No olvidemos que Fernando Benítez fue a quien se le ocurrió convertir la cultura en noticia. Gracias a Benítez, los periódicos ponían en portada el nuevo libro de Juan García Ponce o la inauguración de una exposición de José Luis Cuevas. Como se imaginarán, era una capital que se moría, literalmente, por figurar entre las grandes...

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