Denise Dresser / 2 'P's' pendientes

AutorDenise Dresser

Las dos "P's" que nos persiguen, nos acechan, nos recuerdan lo que no funciona y lo que falta por hacer. Nuestros grandes pendientes que nadie quiere tocar. O cambiar. O modificar. O encarar. Esos terrenos prohibidos de la política pública que explican en gran parte los problemas perennes de impunidad y violencia. La Procuraduría y la Policía. Dos brazos del Estado que deberían caminar de la mano de la ciudadanía pero acaban estrangulándola. Procuradores politizados y sometidos junto con policías mal entrenados, sin reglas explícitas para normar su actuación. Dos instituciones que reformas mal pensadas no alcanzan a modernizar lo suficiente para que sirvan a la población y no a la clase política.

Demostrado en tiempos recientes por la parálisis de Jesús Murillo Karam frente a las denuncias -no atendidas- sobre el comportamiento del alcalde de Iguala, o su involucramiento tardío en el caso de Tlatlaya. Demostrado por la brutalidad de la policía en Ayotzinapa. Una intervención ilegal en la que tres normalistas terminan asesinados. Un ataque inexplicable en el cual la policía dispara contra civiles sentados en un autobús. Un desenlace fatídico en el cual la policía entrega a 43 detenidos al crimen organizado. Y la crítica se ha centrado en todo lo que Ángel Aguirre debió saber y no supo, debió responder y no respondió. Y en la perplejidad de un gobierno federal que no sabe cómo responder ante la dimensión de lo ocurrido. Y en el presidente municipal de Iguala coludido con Guerreros Unidos. Y en los cadáveres que las 19 fosas arrojan, pero no los que estamos buscando. Críticas importantes pero insuficientes.

Porque la raíz del problema tiene que ver con los procuradores y con los policías. Procuradores sin autonomía para investigar y policías sin estándares profesionales para aprehender. Procuradores que no actúan porque no tienen permiso político del Presidente para hacerlo y policías que no saben cómo detener a alguien, cómo interrogarlo, ya que el nuevo Código Nacional de Procedimientos Penales no contempla estos temas. Lagunas y huecos y vacíos que nuestras leyes no quieren o no pueden contemplar. Llevando así a procuradores que no procuran justicia y a policías que no entienden de qué manera asegurar la ley y el orden. Policías como la de Cocula, donde alguien cambió las bitácoras de operación de las patrullas y las actividades de los agentes. Donde alguien modificó los números de las unidades para...

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