Llantom, el payaso sin curul

AutorJorge Ricardo

Zapatos grandes, ropa ancha, nariz roja. Pocos pensarán que este hombre fue un político. Antes dirán que es un payaso. Pero, en 1988, Tomás Morales Lozada compitió una diputación por Ecatepec, y lo volvió a hacer en 1992. En las dos perdió. O le robaron. Pero la que recuerda más es la del 88.

Morales mira una foto. Rejuvenece 26 años. Vuelve a ser aquel de 36 que aparece con traje beige junto a Cuauhtémoc Cárdenas. "Fuimos marchando por toda la Vía Morelos. Íbamos arrancando propaganda de Salinas de Gortari e hicimos un montón frente a Palacio Nacional y los quemamos. Desde arriba, los soldados nos tenían encañonados. Entonces llegó Cárdenas: 'No, Morales, así no es', me dijo. '¿Por qué no, ingeniero, si nos robaron?'".

A su candidatura de 1992 sólo la recuerda porque allí fue cuando comenzó a ser payaso. Un amigo actuó en el cierre de campaña con tan mala suerte que no hacía reír a nadie. A sus espaldas, el entonces político salía aplaudiendo y la gente se ahogaba de la risa.

Morales (Atlixco, Puebla, 1952) había sido mozo, bolero, repartidor, cobrador, vendedor de seguros, pero nunca había durado tanto en un oficio.

Este lunes arranca en el Teatro de la República (Antonio Caso 48, Col. Tabacalera) la Convención Internacional de Payasos, fundada por él en 1993, al año siguiente de dar con un nombre artístico: Llantom. Dejó la política, pero no el activismo.

Hasta 2008, la convención se enfocaba a su oficio, pero después, sobre todo su desfile por Reforma, se convirtió en una protesta.

"El Gobierno quiso cobrarnos 20 policías de 750 cada uno y patrullas para que nos...

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