Se encajan

LONDRES.- Dos amigos iniciaron jugando y terminaron en el hospital; uno suturado y otro sin dientes.

Daniel Rigby, de 29 años, se quedó con tres dientes de Peter Walsh, su mejor amigo, que se incrustaron en su rodilla, luego de un accidente en un brincolín.

Rigby estaba acostado sobre el trampolín, cuando Walsh se le lanzó encima y empezaron a forcejear en juego.

Rigby pataleó y alcanzó el rostro de Walsh, quien al recibir el impacto quedó inconsciente y con la boca sangrante.

"Él saltó y, en broma, tiré una patada y su cara se estrelló contra mi rodilla", informó.

Al darse cuenta, Rigby se miró para comprobar que estaba bien y descubrió que las piezas dentales de su amigo se encontraban enterradas en su rodilla, por lo que inmediatamente llamó a un taxi y se dirigieron al departamento de urgencias del Hospital...

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