Más que un festival, un ritual

AutorRodolfo G. Zubieta

El Vive Latino no es como cualquier concierto.

La experiencia de asistir a este importante festival de rock inicia incluso antes de salir de casa y encaminarse al Foro Sol.

Quien asiste año con año sabe qué artículos hay que cargar: lentes de sol, tenis, gorra, bloqueador solar, mucho dinero... La chamarra es opcional.

Y, aunque las vías más directas para llegar en coche son Viaducto y Churubusco, el desastroso tráfico que se crea antes y después de cada jornada musical hace que la mejor opción sea siempre el Metro.

Desde que uno se baja en las estaciones Velódromo o Ciudad Deportiva, sabe que vivirá una experiencia única.

Las puertas 5, 8 y 9 comienzan a atascarse desde las 12:00 horas.

La pasarela de quienes asisten al festival incluye chicos y chicas con playeras de bandas como Nine Inch Nails...

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