50 años de hitos (y tragedias) de la Cineteca Nacional

Fecha de publicación16 Enero 2024

Por Ricardo Quiroga

El actual director de la institución quincuagenaria evoca el incendio de la primera sede en Churubusco que destruyó todo su acervo y destaca que este gran aparador del cine independiente asume otro momento histórico con la expansión a dos sedes más, en el que, dice, el dinero público será vital.

Hay que ser realistas, este tipo de cine, el de la búsqueda artística, tiene que encontrar su público. Ahora, no nos afecta que salga en plataformas, para nada, porque cada quien ve la película donde la puede ver”.

Alejandro Pelayo, director de la Cineteca Nacional.

Este miércoles 17 de enero, la Cineteca Nacional celebra 50 años de vida convertida en un pilar de la exhibición del cine independiente nacional e internacional y, pese a ser una iniciativa financiada por el Estado, desde sus anales asumió autonomía en su selección, rompió las barreras de la censura y se confirmó como un faro del séptimo arte y más tarde en un nodo cultural de la Ciudad de México en toda forma.

A lo largo de esas cinco décadas, el cineasta Alejandro Pelayo ha estado ligado a esta institución. En los primeros años de la Cineteca, Pelayo fue profesor del Centro de Capacitación Cinematográfica, cuando ambas instituciones eran vecinas, en las instalaciones de los Estudios Churubusco.

Más tarde, entre 1979 y 1980, Alejandro Pelayo fue jefe de Programación de la Cineteca, y también su director en dos ciclos: de 1997 a 1999, cuando la Cineteca pasó de la Secretaría de Gobernación a depender del Conaculta, y de noviembre de 2013 hasta la fecha. A su administración le tocó concluir los detalles del proyecto de ampliación del recinto en Xoco.

“La Cineteca arrancó como parte de la política de Luis Echeverría (presidente de México de 1970 a 1976). Es sabido que alrededor de su personaje hay mucha controversia, pero, desde mi experiencia, en el campo del cine mexicano (este periodo) fue fundamental, simplemente por arrancar apoyando el cine de autor con financiamiento estatal. Jaime Humberto Hermosillo hizo La pasión según Berenice (1975), Jorge Fons filmó Los Albañiles (1976) y Felipe Cazals hizo Canoa (1976), que es muy crítica del Estado. Al mismo tiempo, en ese sexenio se fundó el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). Ahora, con la fundación de la Cineteca no solamente se le dio importancia a la exhibición sino a la preservación del material fílmico”, reconoce Pelayo en entrevista desde la sede matriz, en Xoco, frente a la marquesina que...

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