¿Y los pingüinos?

AutorAndrés Martínez

Pasan de las 8:30 horas y el Sol brilla. Los niños ya están en clases, pero el termómetro todavía marca -2 grados Celsius.

Adrián González Raymundo ya ordeñó seis vacas que amanecieron enroscadas por el frío, y por segunda vez en la mañana, tiene que quitarle el hielo al parabrisas de su vehículo.

La helada no ha parado desde la madrugada. El frío traspasa la ropa y las manos se entumecen. Arde la piel.

"Hay que ordeñar, ponerles pastura, ponerles agua porque se congela la de los bebederos", comenta entre bocanadas de vaho que despide al hablar.

Es el poblado de San Gaspar de los Reyes, en el Municipio de Jalostotitlán, una de las localidades más frías del Estado, pues en invierno las heladas se presentan casi a diario.

"Amanece todo blanco, congelado, el zacate, los árboles, las camionetas con varios centímetros de hielo", cuenta Humberto Sandoval, quien se encarga de reportar las condiciones meteorológicas para la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Los moradores de este poblado alteño saben que en su localidad el frío puede alcanzar niveles que pocos se imaginan, como el 13 de diciembre de 1997, cuando el termómetro bajó hasta -16 grados Celsius.

"Una vez que cayó una helada...

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